Las lluvias acumuladas desde octubre se mantiene un 5% por encima de su valor normal

A lo largo de este año hidrológico, que comenzó en octubre del 2023, España ha registrado unas precipitaciones superiores a lo habitual. Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el valor medio nacional de las lluvias acumuladas desde entonces hasta el 9 de julio de 2024 se sitúa en 590 litros por metro cuadrado (l/m2), mientras que el valor normal para ese periodo es de 559 l/m2. Esto supone una diferencia positiva del 5% con respecto a la media.

Esta tendencia de precipitaciones por encima de lo normal se concentra principalmente en la mitad oeste e interior de la Península, así como en el País Vasco, Navarra y la parte más occidental del Pirineo junto con el norte de Aragón.

Por el contrario, las cantidades acumuladas se encuentran por debajo de sus valores habituales en el tercio este del territorio, incluyendo los archipiélagos de Canarias y Baleares. Especialmente bajas han sido las lluvias en una franja del levante peninsular, desde Almería hasta el delta del Ebro, donde se ha registrado menos de la mitad de la precipitación media.

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REPUNTE DE LLUVIAS EN EL ÚLTIMO MES

Durante el periodo del 3 al 9 de julio, las precipitaciones afectaron principalmente al tercio norte y al levante peninsular, así como, de manera más aislada, a algunas áreas del oeste de Andalucía y a ambos archipiélagos. En esta semana, se superaron los 10 l/m2 en Galicia, Asturias y zonas del noreste, incluyendo la provincia de Teruel, el interior de Alicante y el sur de Albacete.

Las precipitaciones más destacadas, de alrededor de 60 l/m2, se dieron en áreas del Pirineo oscense e ilerdense. Entre los observatorios principales, Teruel registró 33 l/m2, Oviedo 30 l/m2, Lleida 29 l/m2, Vigo/Peinador 25 l/m2, Logroño/Agoncillo 20 l/m2 y Pamplona/Noain 18 l/m2. Incluso el día 10 de julio, las lluvias se mantuvieron en Galicia, con más de 10 l/m2 en su litoral oeste.

IMPACTO EN LOS EMBALSES Y LA AGRICULTURA

Estos datos de precipitaciones superiores a lo normal durante el año hidrológico en curso tienen un impacto directo en los niveles de los embalses y en la actividad agrícola del país.

Por un lado, el mayor aporte de agua a los pantanos ha permitido mantener unos niveles adecuados para abastecer las necesidades de la población y del sector productivo. Esto supone una notable mejora con respecto a la situación de años anteriores, cuando los episodios de sequía habían provocado importantes desequilibrios hídricos.

Además, el exceso de precipitaciones ha repercutido positivamente en las cosechas de numerosos cultivos, especialmente los de secano, que se han visto beneficiados por la abundancia de agua en el suelo. Esto ha permitido a los agricultores afrontar la temporada con mayores garantías y con expectativas de obtener rendimientos por encima de la media.

En definitiva, el balance hidrológico de este año, con unas precipitaciones por encima de lo habitual, ha sido muy favorable tanto para el abastecimiento de agua como para el desarrollo de la actividad agraria en España. Esta tendencia, de mantenerse en los próximos meses, augura una situación hídrica y agrícola sólida para el conjunto del país.

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