La economía española se enfrenta a un panorama mixto en los próximos años. Por un lado, se prevé un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) que alcanzaría el 2,3% en 2024 y se moderaría hasta el 1,8% en 2025. Este dinamismo se sustentaría en la mejora de la renta familiar, el aumento del ahorro y el buen comportamiento del sector exterior, así como en el impacto de los fondos europeos en la inversión.
Sin embargo, también existen retos importantes que deben afrontarse para asegurar un crecimiento sostenible. Entre ellos, destaca la caída de España en el Índice de Competitividad del International Institute for Management Development (IMD), pasando del puesto 36 en 2023 al 40 de 67 países en 2024, una situación preocupante que se viene agravando año tras año. Además, persisten problemas como los bajos niveles de inversión empresarial y la debilidad de la inversión en bienes de equipo, que lastran la productividad.
Fortalezas y Debilidades de la Economía Española
La Dinámica del Mercado Laboral: Luces y Sombras
El mercado laboral español se caracteriza por un dinamismo notable, con una previsión de avance del empleo del 2,3% en 2024 y del 1,5% en 2025. Esto refleja que las empresas siguen esforzándose por mantener y reforzar sus plantillas, a pesar de los mayores costes laborales unitarios, que se sitúan un 20% por encima de los niveles de finales de 2019.
Sin embargo, la tasa de paro aún se mantiene elevada, pasando del 11,6% este año al 11,2% en 2025, lo que evidencia la necesidad de mejorar las políticas activas del mercado laboral y adaptarlas a un entorno cambiante.
La Competitividad Española en Retroceso
Uno de los principales puntos débiles de la economía española es la pérdida de competitividad, reflejada en la caída de España en el Índice de Competitividad del IMD, pasando del puesto 36 en 2023 al 40 de 67 países en 2024 y del lugar 18 al 19 entre los 30 países europeos. Esta situación preocupante evidencia la necesidad urgente de acometer reformas para reactivar el crecimiento de la productividad y corregir los elevados niveles de desempleo, déficit público y endeudamiento.
Los Retos Pendientes: Inversión y Productividad
Además de los problemas de competitividad, la economía española afronta otros retos significativos, como los bajos niveles de inversión empresarial, que se encuentran un 6,4% por debajo del último trimestre de 2019, mientras que en Europa esta variable se sitúa un 3,3% por encima.
Asimismo, la debilidad de la inversión en bienes de equipo está lastrando la productividad, lo que pone de manifiesto la necesidad de impulsar la innovación y el desarrollo tecnológico en el tejido empresarial. Otro desafío es la escasez de vivienda en algunas zonas, que puede reducir la movilidad laboral y el potencial de entrada de trabajadores extranjeros, al tensionar los precios.
Claves para Impulsar el Crecimiento y la Competitividad
Para impulsar el crecimiento y la competitividad de la economía española, es fundamental abordar los retos pendientes de manera integral. Algunas de las áreas prioritarias incluyen:
- Reactivar el crecimiento de la productividad a través de reformas estructurales, como la mejora del capital humano, la adaptación de las políticas activas del mercado laboral y el aumento del tamaño empresarial, reduciendo los obstáculos para el crecimiento y la rotación.
- Corregir los elevados niveles de desempleo, déficit público y endeudamiento, implementando políticas fiscales y presupuestarias adecuadas.
- Impulsar la inversión empresarial, especialmente en bienes de equipo y tecnología, para fortalecer la productividad y la competitividad.
- Abordar los desafíos relacionados con la escasez de vivienda, que pueden limitar la movilidad laboral y la entrada de trabajadores extranjeros.
Estas medidas estratégicas, junto con un enfoque integral y a largo plazo, serán fundamentales para que la economía española supere los retos actuales y fortalezca su posición competitiva en el escenario global.