La violencia sexual contra la infancia y la adolescencia es un problema cada vez más grave y complejo en nuestra sociedad digital. Los dispositivos electrónicos y las nuevas tecnologías han abierto la puerta a nuevas formas de agresión y vulneración de los derechos de los menores, dejándolos expuestos a situaciones traumáticas y de alto impacto en su desarrollo y bienestar.
Es crucial entender la dimensión y las características de este fenómeno para poder implementar estrategias efectivas de prevención y protección. El estudio realizado por la Fundación Mutua Madrileña, con la colaboración de la Guardia Civil, arroja cifras alarmantes y hallazgos que deben movernos a la acción como sociedad.
Escenarios de Violencia Sexual Digital
Formas Frecuentes de Agresión
Según el estudio, las formas de violencia sexual digital más frecuentes entre los menores son el recibir imágenes con contenido sexual sin haberlas solicitado (43,2%), recibir mensajes insistentes para quedar o buscar una relación (41,8%), ser objeto de comentarios sexuales no solicitados (40,2%) y acceder involuntariamente a contenidos pornográficos (39,6%).
Estos escenarios, si bien pueden parecer menos graves que otras formas de abuso, tienen un impacto significativo en el bienestar emocional y psicológico de los niños y adolescentes. La exposición a material sexual y las insinuaciones no deseadas pueden generar traumas, ansiedad y dificultades en el desarrollo de una sexualidad sana y positiva.
Situaciones Más Dañinas
Otras situaciones de violencia sexual digital, menos frecuentes pero con mayor impacto, incluyen la presión para enviar contenido sexual personal (24,2%), ser espiado o controlado por pareja/expareja u otra persona (23,3%), el chantaje con difundir contenido sexual (17,8%), el reenvío de contenido sexual personal sin consentimiento (15,1%) y la creación de imágenes con Inteligencia Artificial (IA) para mostrar a la persona menor de edad desnuda (12,9%).
Estas formas de abuso, que vulneran la intimidad y la imagen de los menores, pueden tener consecuencias devastadoras en su autoestima, su salud mental y su desarrollo social. Cuatro de cada diez adolescentes que experimentaron estas situaciones calificaron el impacto en su vida como grande o muy grande.
Características y Riesgos de la Violencia Sexual Digital
Edades y Género Afectados
Las situaciones de violencia sexual digital suceden con mayor frecuencia en la primera adolescencia, concretamente entre los 13,5 y los 15 años, con una incidencia ligeramente superior en mujeres (53%) en comparación con hombres (47%). Si bien tradicionalmente se ha pensado que las niñas son más vulnerables, la realidad es que los niños también se ven afectados en proporciones casi simétricas.
Perfil de los Agresores
En la mayoría de los casos (52,2%), el agresor es conocido de la víctima y pertenece a su entorno, como amigos, pareja, expareja, conocidos, compañeros de estudio u otras actividades e incluso familiares. Los desconocidos suponen en torno al 19% de los agresores, mientras que un 13,4% son conocidos únicamente del mundo digital. En general, se trata de hombres (52,2%) de una edad similar a la de la víctima o algo mayores (57,6%).
Impacto y Consecuencias
El impacto de estas experiencias de violencia sexual digital varía en función de la gravedad de la agresión, siendo las que vulneran la intimidad o la imagen las más dañinas. Un 29,5% de los menores de edad que han sufrido algún tipo de violencia sexual digital necesitó acudir al psicólogo debido al sufrimiento ocasionado.
Barreras para Denunciar y Obtener Ayuda
A pesar del grave impacto que tienen estas experiencias, la investigación concluye que casi uno de cada tres afectados (29,5%) no lo compartió con nadie y tres de cada cuatro (75,8%) no se lo contaron a sus padres. Los principales motivos fueron la vergüenza, la falta de confianza o el temor a una reprimenda, y un 30,6% consideró que lo que les había ocurrido no era tan grave como para contarlo.
Además, estas situaciones se caracterizan por un bajo nivel de denuncias a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, ya que tan solo denunció uno de cada cinco menores de edad que fueron víctimas de amenazas, chantaje, reenvío de contenido íntimo o creación de imágenes con IA. De ellos, cuatro de cada diez acudieron a denunciar acompañados de sus padres.
Recomendaciones Clave
Para abordar este grave problema, se hace fundamental aumentar la sensibilización tanto en padres, educadores como en los propios niños y adolescentes. Algunas recomendaciones clave incluyen:
- Padres: Establecer canales de confianza con sus hijos, conocer el uso que hacen de los dispositivos y establecer controles parentales desde edades tempranas.
- Educadores: Ser «influencers» positivos, impartir talleres y módulos sobre seguridad y prevención online en los colegios.
- Menores: Enseñarles a no hablar con desconocidos en internet, tener máximo cuidado al compartir datos y nunca reenviar contenido sexual.
- Todos: Denunciar cualquier situación de violencia sexual digital y no borrar evidencias por vergüenza o miedo.
Es crucial que como sociedad nos unamos para proteger a nuestros niños y adolescentes de estos peligros emergentes en el entorno digital. Solo así podremos garantizar su desarrollo sano y seguro en la era tecnológica.