La población con estudios universitarios en España es todavía inferior a la media de la Unión Europea (UE), con una diferencia de 5 puntos porcentuales entre los jóvenes de 23 a 35 años. Sin embargo, la preferencia por cursar estudios universitarios ha aumentado 10 puntos porcentuales en la población joven, pasando del 22% en 2008 al 32% en 2022.
Este contexto se refleja en el informe ‘La universidad Española en Cifras’, presentado por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE). A pesar de la reducción de la población joven (18 a 28 años) en un 20% desde 2008, la población universitaria ha crecido un 18% durante el mismo período. Esto demuestra que las universidades españolas siguen atrayendo a más estudiantes cada año.
La excelencia científica de las universidades españolas
Las tasas de finalización de los estudios de grado en España superan en 4 puntos porcentuales la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Además, los estudiantes españoles alcanzan la titulación de grado a una edad más temprana (24 años) que la media de la UE y la OCDE (25 años).
En cuanto a la actividad investigadora, las universidades españolas participan en más del 80% de la producción científica del país, con un crecimiento del 62% en la última década. Esto se refleja en un Índice Normalizado de calidad de la actividad científica de 1,27, por encima del valor normalizado mundial (1) y muy próximo a países de referencia como Estados Unidos (1,31), Alemania (1,34) o Francia (1,26).
Sin embargo, a pesar de la excelencia científica de las universidades españolas, España es el antepenúltimo país en gasto en I+D por universidad de investigación de los 24 países analizados en el estudio. Esto se debe a que España destina a la I+D solo un 66% de los recursos medios de la UE y un 53% de los recursos medios de la OCDE, y el gasto en I+D de las empresas es también uno de los más bajos de los países analizados.
El reto de la financiación universitaria
La investigación de CRUE concluye que equiparar las condiciones de financiación pública del desempeño universitario de España con las de los sistemas universitarios europeos requeriría disponer de un importe de recursos adicionales cercano a los 4.000 millones de euros. Esta inversión permitiría a las universidades españolas competir en igualdad de condiciones con los sistemas universitarios de nuestro entorno.
Durante la presentación del informe, la presidenta de CRUE y rectora de la Universitat Jaume I, Eva Alcón Soler, afirmó que «no sobre ni un solo universitario si se toma como referencia a los países de la UE, y destacó que la Universidad, «lejos de ser una fábrica de parados, genera más oportunidades de empleo para la juventud«.
Por su parte, el secretario general de Universidades, Francisco García, explicó que la «gran batalla» que tienen las universidades y las administraciones es que el sistema universitario español consiga en 2030 alcanzar una financiación equivalente al 1% del PIB, un elemento clave para «garantizar un futuro diferente al sistema«.