Pocas imágenes pueden definir también la esencia del rock n’ roll como la de Josh Homme y el resto de Queens Of The Stone Age alumbrados por la luna a mitad de un interminable solo de guitarra. Es una de esas imágenes en las que se especializan las Noches del Botánico, que con la banda norteamericana da un paso más para demostrar que su modelo mucho más pequeño y manejable que el de los macrofestivales puede dar experiencias incluso más potentes.
Tras un set corto de Shangai Baby, y de la presencia de la «dad band» Lujuria en la tarima Momentos Alhambra, la energía empezó a acumularse cerca de la tarima principal. El ya clásico anunció del botánico, que recordaba cada 5 minutos la cercanía de los responsables de ‘In Times New Román… era aplaudido cada vez con más ganas y a medida que se acercaba la hora, incluso el simultáneo partido entre España e Italia quedaba en el olvido. Afortunadamente, el grupo no se hizo esperar demasiado.
Un par de minutos después de las 10, con el sol abandonando el cielo, los Queens of the Stone Age tomaban la tarima. Siempre han sonado como una jauría, pero con la barba de Homme y la luna la imagen más evidente era la de un hombre lobo, y desde el minuto uno el grupo demostró por qué tienen la reputación de ser una de las bandas más potentes del rock moderno y por qué mientras muchos de sus pares han dejado de ser relevantes, como lo demuestra el fracaso de la gira reciente de los Black Keys.
UNA AVALANCHA DE GUITARRAS Y DISTORSIÓN
La banda arrancó su set, como lo ha hecho en buena parte de la gira, con la imponente canción ‘Little Sister’. Es un tema que muestra el gusto de los de Homme por traducir la oscuridad entre guitarras ruidosas y letras que van entre el desenfreno sexual del hair metal y la oscuridad del gótico. Lo que el propio grupo ha bautizado como «Desert Rock». De ese primer tema saltaron a uno de su clásico ‘Rated R’, la explosiva ‘Monster in the Parasol’ y de allí al clásico ‘Smooth Sailing’, del icónico disco ‘Like Clockwork’ de 2014.
Aunque ese disco y el ‘Song for the Deaf’ de 2002 fueron los discos a los que el grupo más recurrió, junto a su reciente ‘In Times New Roman…’. ‘Paper Machete’, ‘My God is the Sun’ y ‘Carnavoyeur’ continuaron la avalancha de guitarras y ritmos explosivos. Es posible que no haya ninguna otra banda en el rock con un catálogo que permita una ametralladora de canciones así de potentes sin recurrir directamente a los sonidos del metal. No es un dato menor al analizar la carrera ni las presentaciones de grupo de Josh Homme.
Es una sorpresa que hayan hecho que el público empezará a saltar antes de los éxitos. Tras hacer un cambio en el setlist tras ver a una pareja, comprometerse y sacar a pasear ‘The Way You Used To Do’ el grupo se paseó con una de las pocas canciones lentas de su repertorio, la sensual ‘I Wanna Make It Wit Chu’. Ya en ese momento la banda tenía al público donde lo quería, algo irónico sabiendo lo que todavía se guardaban en la recámara desde la tarima.
QUEENS OF THE STONE AGE Y EL ROCK EN 2024
Si alguien dice que el rock está muerto es que no ha escuchado a Queens Of The Stone Age tocar en vivo ‘Go With The Flow’ mientras entra o sale de un pogo. La canción sirvió para cerrar el último tramo del setlist principal antes que el grupo se fuera de la tarima por unos minutos, pero ni ellos ni el público tenían demasiada paciencia para esperar el regreso.
La casi improvisada versión de ‘God in the Radio’ que permitió que los otros miembros de la banda brillaran, sobre todo el baterista Jon Theodore, ex Mars Volta, que probablemente sea uno de los bateristas más talentosos de la actualidad.
De allí su tema más icónico, la siempre potente ‘No One Knows’ y la aplanadora casi punk ‘A song for the dead’ sirvieron para cerrar una noche clave para el festival del Jardín Botánico de la complutense. No es decir poco para un festival que ya es parte clave dentro del panorama madrileño.
