La Comisión Europea ha anunciado este miércoles que España se ha librado de un procedimiento de déficit excesivo, a pesar de haber cerrado el ejercicio de 2023 con un déficit del 3,6%, superando en seis décimas el límite del 3% que activa las reglas fiscales de la UE. Esta decisión se basa en las previsiones económicas tanto del Gobierno español como de la propia Comisión, que señalan que se espera que el déficit del país descienda al 3% en 2024, considerando este incumplimiento como «temporal».
Decisiones basadas en proyecciones económicas
La justificación de la Comisión Europea se apoya en las proyecciones económicas, y el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, ha destacado que se seguirá monitorizando la evolución presupuestaria de España y se reevaluará la situación en otoño. Gentiloni también ha afirmado que, a pesar de la reactivación de las reglas fiscales, no se volverá a la austeridad, ya que la situación actual no es la normal y requiere medidas excepcionales.
Nuevas reglas fiscales en Europa
Con la introducción de las nuevas reglas fiscales el pasado 30 de abril, se ha tomado en consideración, por primera vez, el aumento del gasto en defensa como un factor relevante adicional en la evaluación de los países miembros. Otro aspecto crucial observado por Bruselas es el ratio de deuda pública respecto al PIB, que en el caso de España alcanzó el 107,7% en 2023, situándose como el cuarto más alto de la UE.
Panorama fiscal en la Unión Europea
Además de España, otros diez Estados miembros también superaron el límite del 3% del PIB establecido por las reglas fiscales reactivadas. Estos países incluyen a Italia, Hungría, Rumanía, Francia, Polonia, Malta, Eslovaquia, Bélgica, Chequia y Estonia. Sin embargo, la Comisión considera que solo algunos de estos países justifican la apertura de un procedimiento de déficit excesivo y la aplicación de medidas correctivas.
Próximos pasos en la fiscalidad europea
Según Valdis Dombrovskis, vicepresidente económico de la Comisión, los expedientes oficiales se lanzarán en julio con la aprobación de los países miembros, mientras que las recomendaciones para corregir los déficits excesivos se publicarán en otoño. El nuevo sistema fiscal también requiere que los Estados miembros presenten planes fiscales y estructurales a medio plazo antes del 20 de septiembre, definiendo las trayectorias de gasto para los próximos años y los compromisos de reformas e inversiones.