10 países con España piden corregir riesgos de relocalización por tasa de carbono

La introducción del sistema de comercio de derechos de emisiones de la UE (ETS, por sus siglas en inglés) al sector marítimo ha generado preocupación entre varios países miembros, incluida España, sobre los posibles efectos negativos en la competitividad de los puertos europeos. Ante esta situación, estos países han solicitado a la Comisión Europea la adopción de medidas para «vigilar y corregir» los impactos de esta extensión del régimen ETS.

En la reunión de ministros de Transporte de la UE celebrada en Luxemburgo, los representantes de estos países expresaron su inquietud por el riesgo que esta medida plantea para la competitividad europea y el desarrollo económico del sector marítimo. Asimismo, enfatizaron la necesidad de encontrar un equilibrio entre el «realismo» y la «ambición» de los objetivos climáticos que se establezcan para el transporte marítimo.

LA PREOCUPACIÓN POR LA COMPETITIVIDAD PORTUARIA

El ministro español de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, instó a «actuar ya y establecer mecanismos de supervisión y corrección» frente a los riesgos que plantea la tasa del carbono aplicada al sector marítimo. Según Puente, esta medida podría provocar la «pérdida de competitividad» de los puertos europeos y el «desvío de rutas marítimas a terceros países» para evitar el coste del sistema ETS.

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Este desplazamiento del tráfico hacia puertos de países como el norte de África o Gran Bretaña, donde no se aplican las mismas reglas, «anularía los esfuerzos de la UE en la lucha contra el cambio climático», advirtió el ministro. Por lo tanto, Puente solicitó que esta discusión sea un «toque de atención» para que ni la Comisión Europea ni otros Estados miembro sin intereses portuarios directos «miren a otro lado».

Según el ministro, cuando se desvíen las rutas y la cadena logística europea caiga en manos de terceros países, «será difícil recuperarlos». No obstante, Puente dejó claro que los países que suscriben la carta apoyan la importancia del régimen ETS para la descarbonización del transporte, pero consideran que el marco actual «no cumple los objetivos» y tiene «efectos que pueden ser muy perjudiciales».

LA RESPUESTA DE LA COMISIÓN EUROPEA

En respuesta a las preocupaciones expresadas por los países, la representante de la Comisión Europea, la directora general de Transportes, Marga Kopczynska, consideró prematuro sacar conclusiones sobre las consecuencias de la tasa en el sector marítimo, ya que apenas se lleva unos meses aplicando en el sector.

Kopczynska señaló que el marco para extender el régimen de ETS al sector marítimo incluye «medidas anti evasión» para evitar la relocalización de las actividades de trasbordo. Además, recordó que las nuevas reglas se están introduciendo de manera «gradual» desde hace apenas cinco meses, por lo que considera «demasiado pronto» evaluar su impacto.

La funcionaria europea también informó sobre la creación de un grupo de trabajo específico (‘Task force’), liderado por Chipre y Grecia, que tendrá su primera reunión el próximo 4 de julio para trabajar con la Comisión Europea en el seguimiento de la implantación de las normas. Asimismo, la Comisión prepara para diciembre de este año su primer informe de seguimiento para evaluar posibles elusiones de los objetivos, los costes e impacto de las medidas.

HACIA UN EQUILIBRIO ENTRE DESCARBONIZACIÓN Y COMPETITIVIDAD

La extensión del sistema de comercio de emisiones al transporte marítimo plantea un desafío para la Unión Europea: encontrar un equilibrio entre los objetivos de descarbonización y la preservación de la competitividad de los puertos europeos. Por un lado, los países miembros reconocen la importancia del régimen ETS para avanzar en la lucha contra el cambio climático, pero, por otro, expresan su preocupación por los posibles efectos perjudiciales que esta medida pueda tener en el sector.

En este sentido, el ministro español ha sugerido «repensar» el modelo que aplica la UE para establecer el gravamen, de modo que se tenga en cuenta «no tanto el barco como el contenedor» a la hora de determinar el impuesto. Esta propuesta podría ser una alternativa para mitigar los impactos negativos en la competitividad portuaria sin renunciar a los objetivos de descarbonización.

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La Comisión Europea, por su parte, se muestra cauta y considera prematuro sacar conclusiones sobre los efectos de la tasa en el sector marítimo. No obstante, ha anunciado la creación de un grupo de trabajo y la elaboración de un informe de seguimiento para evaluar el impacto de la medida y, en caso necesario, proponer ajustes. Este enfoque gradual y de monitoreo constante puede ser clave para encontrar el equilibrio adecuado entre la ambición climática y la competitividad del transporte marítimo en la Unión Europea.

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