La protección del suelo en Europa, hacia un futuro sostenible

La protección del suelo es un tema crucial en la agenda de la Unión Europea, ya que actualmente más del 60% de los suelos de la UE no se encuentran en buenas condiciones. En respuesta a esta preocupante realidad, los países miembros han acordado su posición sobre la Ley de Vigilancia del Suelo propuesta por la Comisión Europea, con el objetivo de garantizar la salud de los suelos para el año 2050.

Este acuerdo representa un paso decisivo hacia la adopción de prácticas sostenibles de gestión del suelo en toda la Unión Europea. Los Estados miembros, con el apoyo de la Comisión, se comprometen a monitorear y evaluar la salud de los suelos en sus respectivos territorios, para que tanto las autoridades como los propietarios de tierras puedan implementar las medidas necesarias.

Evaluación y Monitoreo de los Suelos

Los países miembro establecerán puntos de muestreo para el seguimiento de los suelos, siguiendo una metodología común a todo el territorio de la UE. Esto permitirá tener una visión integral de la situación de los suelos y facilitará la toma de decisiones informadas.

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Además, se determinarán listas nacionales de actividades potencialmente contaminantes, lo que ayudará a identificar los sitios que requieren una atención prioritaria. Una vez identificados estos sitios, se procederá a investigar y abordar cualquier riesgo inaceptable para la salud humana y el medio ambiente.

Este enfoque gradual y basado en el riesgo permitirá a los Estados miembro priorizar las medidas a implementar, teniendo en cuenta los riesgos potenciales, el contexto socioeconómico y el uso de la tierra actual y previsto. De esta manera, se garantizará que las decisiones de planificación espacial de los países, incluidas las medidas de transición energética y de vivienda, sean respetadas.

Principios de Mitigación y Objetivos a Largo Plazo

Si bien se mantiene el ambicioso objetivo a largo plazo de no tener una ocupación neta de tierras para 2050, el enfoque general se centra en abordar el sellado y la destrucción del suelo, que son los aspectos más visibles, de mayor impacto y más fáciles de monitorear de la ocupación de tierras.

La posición del Consejo también establece principios de mitigación que deben tenerse en cuenta en la planificación del uso del suelo de los Estados miembro. Estos principios son lo suficientemente flexibles para respetar las decisiones de planificación espacial de los países, garantizando un equilibrio entre las necesidades de desarrollo y la preservación de los suelos.

En resumen, el acuerdo alcanzado por los Veintisiete representa un hito importante en la protección y gestión sostenible de los suelos en la Unión Europea. Al monitorear, evaluar y adoptar prácticas de gestión sostenible, los países miembro se encuentran en el camino correcto para garantizar la salud de los suelos y cumplir con el ambicioso objetivo de 2050.

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