La economía española ha sorprendido positivamente durante la primera mitad de 2024, impulsada por el dinamismo del sector servicios, los fondos europeos y el aumento de la fuerza laboral. BBVA Research ha elevado sus previsiones de crecimiento para este año y el próximo, advirtiendo sin embargo de una posible moderación en los próximos trimestres debido a la contribución negativa de la demanda externa.
Según los expertos de BBVA, la tasa de inflación se situará entre el 3% y el 3,5% en la segunda mitad de 2024, descendiendo al 2,4% para 2025. Estos niveles se explican por las tensiones geopolíticas y la presión de los costes laborales en el sector servicios. En cuanto al déficit público, BBVA prevé que se situará por debajo del 3% del PIB sin necesidad de medidas fiscales adicionales, si bien advierte de que un ajuste fiscal demasiado exigente podría lastrar el crecimiento económico.
Evolución de la Productividad
BBVA constata una mejora de la eficiencia productiva en España en los últimos años, con un crecimiento de la productividad por hora trabajada superior al de la Zona Euro. Esta mejora se explica por una mayor eficiencia dentro de cada sector, más que por cambios en la estructura del empleo. Sin embargo, este aumento de la productividad por hora no se ha traducido en una mejora de la productividad por ocupado, que sigue por debajo de los niveles pre-pandemia.
Asimismo, el informe resalta el aumento del potencial de creación de empleo gracias a la inmigración y el incremento en la tasa de participación, con un 71% del nuevo empleo correspondiendo a personas nacidas en el extranjero durante 2023.
Riesgos y Desafíos
BBVA advierte de un enfriamiento de la demanda externa para 2025, con un impacto negativo del turismo, que ha experimentado una evolución sorprendente en el primer trimestre de 2024. Además, la inversión sigue afectada por la incertidumbre regulatoria y los problemas de acceso a la vivienda, que constituyen un «factor limitante» para el crecimiento económico, especialmente en lo que respecta a la mano de obra inmigrante.
En este contexto, el principal riesgo para la economía global sería que el crecimiento del sector servicios generara un aumento mayor de las manufacturas, lo que supondría una caída más moderada de la inflación y, por tanto, una menor reducción de los tipos de interés de lo esperado.