Especial 20 Aniversario

Cámaras y testimonios: Las estrategias de los riders de Glovo y Uber Eats para evitar denuncias falsas

«Me restaron 18 euros de los pedidos que entregué», explica en sus redes uno de tantos riders que atraviesa Madrid con una mochila de Glovo. Es una realidad que en ocasiones les pasa factura, usuarios que señalan que no recibieron un pedido que fue entregado correctamente, o al menos que así creen que fue. Es un riesgo más para los repartidores, que les castiga, sobre todo, por qué su paga depende exclusivamente de la facturación, lo que hace que sea clave poder resolver estos problemas. 

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Aunque tanto Glovo como Uber Eats tienen mecanismos para proteger tanto a los repartidores como a los usuarios de este tipo de situaciones, lo cierto es que los repartidores empiezan a asumir sus propias estrategias de autodefensa. Cámaras particulares, pedir testimonios y señalar en grupos privados las direcciones donde estos incidentes suelen ocurrir son algunas de las medidas tomadas para evitar la situación. Además, hay algunos que recomiendan evitar ciertos locales por lo común que es que el local cometa un error que complique su facturación. 

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De todos modos, no es poco el esfuerzo que hacen desde la propia plataforma para evitar estas situaciones. Es bueno señalar que tanto Glovo como Uber Eats pueden pedir un código al usuario para recibir su comida, y que tanto restaurantes como repartidores deben marcar la aplicación antes de empezar un reparto. El problema es que a pesar de los filtros, tanto permanentes como aleatorios, en ocasiones el error humano, o la viveza, pueden castigar a los repartidores. 

Por eso, los videos y los audios son usados como forma de acelerar los procesos burocráticos que se pueden esperar cuando un repartidor reclama a Glovo, a Uber Eats o a alguno de sus competidores, por este tipo de retenciones. Aunque el esfuerzo de las plataformas en confirmar la situación es comprensible, sobre todo dado que también existe un número influyente de denuncias reales de pedidos extraviados o robados, para los repartidores es un motivo más de preocupación.

Pero en cualquier caso, según los propios repartidores, si uno de ellos sigue los pasos correctos, el dinero suele ser entregado de vuelta. El problema es que por cómo se manejan las cuentas de Glovo y Uber Eats no siempre es fácil hacer seguimiento a este tipo de situaciones. Los repartidores que, sin permiso de la empresa, alquilan una cuenta sin papeles se encuentran en posición de debilidad a la hora de reclamar por este tipo de situaciones, o directamente si el dueño de la cuenta se niega a pagar, lo que a largo plazo representa un problema imposible de superar para muchos de ellos. 

LAS DEBILIDADES DE LOS REPARTIDORES DE GLOVO Y UBER EATS

En cualquier caso, si los repartidores enfrentan este tipo de situaciones es por la compleja situación en la que viven muchos de ellos. Sean las inminentes olas de calor del verano que apenas empieza o la lluvia y el frío de los primeros meses del año, la realidad de los repartidores es complicada, como lo aceptan incluso las plataformas. Pero lo cierto es que en este tipo de situaciones se complica aún más la existencia a un grupo de trabajadores que en ocasiones usan esta opción como sustento mientras resuelven sus problemas de papeles.

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Es fácil pensar que si se regulariza a estos ciudadanos puedan cambiar su situación, sea buscando otro trabajo o accediendo a las protecciones que las plataformas como Glovo y Uber Eats ofrecen en este tipo de casos. En el fondo, con la cantidad de pedidos que se realizan en estas plataformas, es casi imposible evitar todo tipo de problemas para los repartidores, pero si además no pueden responder a aquellos que no sean parte de su planilla de autónomos el problema puede seguir empeorando.

UBER EATS Y GLOVO BUSCAN RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS REPARTIDORES INDOCUMENTADOS

Uber Eats y Glovo siguen buscando soluciones para los problemas de los repartidores indocumentados que usan cuentas de otros usuarios. Es una realidad que conocen, y aunque han ido implementando medidas para evitarlo, se les siguen escapando varios de estos usuarios entre los dedos. El problema es que no se hacen responsables de estos repartidores, pues no les prestan servicio a la plataforma hasta donde conocen y no hay forma de conseguir el número exacto, aunque cuentan con que hayan reducido.

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Esto incluye la protección en caso de pedidos entregados y reportados de forma equivocada. Es una situación complicada de enfrentar para cualquiera de las partes, menos para los usuarios, que por momentos siguen pareciendo los más beneficiados del modelo. Si alguien se queda en el aire son los repartidores, sobre todo por qué la forma en la que ha evolucionado el modelo no es la que esperan las empresas involucradas. 

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