Urtasun inicia su «descolonización» cambiando nombres en el museo de América

La famosa «descolonización» prometida por el ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, parece haber empezado. Sin embargo, el ministro no ha podido dar los pasos para este proyecto a la velocidad esperada. Aun así, ya da algunos, enfocado sobre todo en la idea de narrativa, y en los museos en los que, de momento, tiene potestad para actuar. 

Urtasun ha visitado este lunes el Museo de América, museo de titularidad estatal dependiente del Ministerio de Cultura, para conocer las últimas acciones del equipo del museo para continuar «actualizando» las narrativas museísticas que acompañan la colección y que en los últimos años ha plasmado en exposiciones temporales y ciclos de conferencias, incluyendo a las comunidades de origen.

Según informa Cultura en una nota de prensa, el ministro ha constatado los cambios realizados en casi 200 cartelas, con el fin de «hacerlas más igualitarias y respetuosas con algunas de las personas y los pueblos allí representados». Así, ha compartido con el equipo del museo «la anomalía que suponía que en pleno 2024 aún se utilizaran en los museos españoles palabras como ‘indio’ o ‘mulato’, en vez de utilizar el nombre y el apellido de las personas retratadas o hablar de pueblos indígenas».

En su recorrido, guiado por el director del Museo de América, Andrés Gutiérrez, Urtasun también ha sido informado del trabajo de investigación realizado por la institución para localizar a muchas de las mujeres que aparecían en las obras y que hasta hoy seguían siendo anónimas en el propio museo.

En este sentido, ha valorado la labor del museo para «abordar esta transformación desde la complejidad y atendiendo el punto de vista de todos los actores implicados». «Las sociedades avanzan y gracias al trabajo de nuestros grandes profesionales, nuestros museos lo hacen también con ellas», ha manifestado Urtasun.

«El Ministerio de Cultura seguirá apoyando a nuestros profesionales en su gran labor, un apoyo a su criterio técnico y profesional, pero que debe ser también económico y laboral, para que puedan seguir desarrollándolo en las mejores condiciones», ha indicado el ministro.

UNA «DESCOLONIZACIÓN» QUE MANTIENE EN VILO A LOS MUSEOS NACIONALES

A pesar de lo ambicioso del discurso de Urtasun de momento, los pasos que se han dado son muy lentos. La realidad es que revisar las colecciones nacionales y confirmar que haya obras o piezas que vengan de la época «colonial» es complicado, y en particular ha puesto en situación delicada a los museos. Ya en la legislatura pasada, el actual embajador en la Unesco y entonces ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, planteo no solo la necesidad de devolver algunas piezas a otros países, sino también de devolver piezas actualmente en los museos de Madrid a otras Comunidades Autónomas. 

La medida se quedó a medias, y la realidad es que ninguno de los museos recibió órdenes más allá de los cambios de nombre hechos en el museo de América. La verdad es que no hay demasiadas obras que haya que mover, y los museos del país ya tienen tiempo organizando espacios para obras de América o Africa. Es decir, en general, los museos españoles van más adelantados con la idea de «descolonizar» como la presenta Urtasun que el propio ministro

De hecho, después de su discurso inicial en febrero, el ministro no ha vuelto a mencionar la posibilidad de mover alguna obra de sitio. Los dos que quedaban más señalados por sus declaraciones, el Museo de América y el Museo Nacional de Antropología, no han recibido ninguna orden de mover piezas a otros países, de hecho es bueno mencionar que los pocos acercamientos que ha habido sobre el tema han sido imposibles al revisar el estado de las obras.

TAMPOCO HAY MOVIMIENTO SOBRE LAS OBRAS ESPAÑOLAS EXPOLIADAS

El ministro, por su parte, tampoco ha dado pasos para recuperar las obras españolas encontradas en otros países de Europa después de la guerra de independencia entre 1808 y 1814. Más de 1.500 cuadros, emblemas de la creatividad y la maestría de artistas como Velázquez, Murillo y Goya, fueron arrancados de su suelo natal y transportados a las galerías europeas, donde quedaron sepultados en el olvido de la historia.