Óscar Puente llega a sus 6 meses peleado con Ouigo y creciendo en Twitter

Para nadie es un secreto que Óscar Puente es un ministro controvertido. El encargado de la cartera de transporte y movilidad sostenible no ha dejado de generar memes, comentarios, encontronazos y tensión desde su llegada al ministerio. Son seis meses que se cumplen el próximo 11 de abril y que lo han transformado al mismo tiempo en una de las figuras más discutidas del PSOE y en una de sus estrellas absolutas. 

Es que no parece casual que el ministro llegue a estos 6 meses con dos señales de identidad tan evidentes como una pelea con una de las empresas clave de la alta velocidad española, la francesa Ouigo, y presumir el crecimiento de su famosa cuenta de X, la red social antes conocida como Twitter, en la cual ha bloqueado al periodista que escribe esta nota. Es cierto que su perfil ha crecido llegando a los 150.000 seguidores, un dato lejano aún de los 1,8 millones de seguidores de Pedro Sánchez, pero supera por mucho los 68.908 que tenía al llegar al cargo y se acerca a los 208.400 seguidores que tiene Alberto Núñez Feijóo.

Pero en el camino ha dejado varios problemas en el aire. No hay explicación aun para los descarrilamientos del cercanías Madrid de finales del año, sigue habiendo una amenaza de los trabajadores de Renfe en Cataluña de ir a huelga por el traspaso de Rodalies y se suma ahora la opa de Talgo, sobre la que realmente tiene muy pocas opciones de intervenir si no hay una decisión de la presidencia, o de la CNMV, y por supuesto el duelo con Ouigo aunque realmente la pelea solo sea del lado del ministro. 

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Son suficientes argumentos para que el ministro sea señalado tanto por la oposición como desde adentro de su partido. Aunque de momento no ha habido grandes críticas desde un PSOE que ha sabido presentarse como una unidad sólida en momentos de caos, es fácil imaginar que estas lleguen sobre todo tras su reciente negativa a conectar grandes ciudades con algunos pueblos a través del AVE por lo que asegura son costos demasiado altos. 

ÓSCAR PUENTE: UN MINISTRO FÁCIL DE ATACAR

La realidad es que el perfil público que ha construido Óscar Puente lo hace uno de los blancos más evidentes que tienen los opositores, o los otros partidos de la coalición que quieran buscar agujeros en la gestión del PSOE, como se ha hecho evidente con las críticas al puerto de Valencia de parte de miembros de Sumar que critican la construcción alegando motivos relacionados con la sostenibilidad.

Pero además se ha vuelto un favorito de los medios. Es un enemigo que él se ha buscado a pulso atacando a los medios que considera de derecha, famosamente le ha dedicado un meme particular a The Objective, qué es preferible no repetir y también ha apuntado contra El Debate o El Mundo, medios que ciertamente no apoyan al gobierno actual, pero que probablemente no merezcan el ataque constante. 

Esto ha hecho que tenga un blanco constante en la espalda. La relación con los medios sigue siendo compleja y con los partidos de oposición hace que sea complicado de imaginarlo negociando con Comunidades Autónomas gobernadas por partidos diferentes a la izquierda, parte clave de su puesto, y una tarea que con todos sus defectos podía manejar de forma correcta su antecesora Raquel Sánchez. 

EL FUTURO DE ÓSCAR PUENTE 

De momento no hay grandes señales de la salida de Óscar Puente de su cargo, posiblemente porque parte de los motivos de su llegada al ministerio es que el gobierno necesitaba un perro de pelea para enfrentar a figuras como Isabel Díaz Ayuso o Santiago Abascal, algo que se había hecho importante para el Gobierno de Pedro Sánchez y que dejándole espacio a Puente puede hacerlo sin necesidad de manchar la presidencia con barro. 

Es cierto que la crispación actual ha hecho que todos los partidos españoles terminen embarrados, pero Puente, que no tiene opción de volver a Valladolid hasta 2027, parece tener un especial talento para este tipo de situaciones. 

«No voy a engañar a nadie, no tengo ninguna esperanza de que la temperatura política vaya a bajar porque venimos de seis años en los que el presidente del Gobierno no ha tenido un minuto de respiro, no se le ha reconocido su legitimidad, ni se le ha respetado en ningún momento y ahora llama la atención porque nosotros hemos empezado a responder, pero durante años hemos estado viviendo todo tipo de insultos», decía hace unos días en una entrevista en la cadena Ser demostrando su comodidad con el caos actual.