¿Qué es la fisioterapia?

En una sociedad relativamente envejecida y en la que la tendencia a practicar deporte está en alza, la figura del fisioterapeuta se antoja poco menos que imprescindible. Y es que son legión los españoles que se someten a tratamientos de fisioterapia y quienes, esporádicamente, precisan de sesiones puntuales.

Pero ¿qué es exactamente la fisioterapia? ¿En qué casos es aconsejable someterse a un tratamiento o a una sesión aislada de fisioterapia? ¿Qué titulación ha de tener un profesional de la fisioterapia? De la mano de los especialistas de Fisiolife.es, aclaramos estas y otras cuestiones relacionadas con esta disciplina sanitaria.

Fisioterapia: una disciplina que se basa en la evidencia científica y en la medicina

La fisioterapia es una disciplina sanitaria cuyos pilares son los conocimientos anatómicos y médicos. Con base en esos conocimientos, la fisioterapia desarrolla procedimientos correctivos de índole mecánica y física, siempre fundamentados en la evidencia científica.

La finalidad última de esos procedimientos físico-mecánicos es el tratamiento efectivo de los trastornos del aparato músculo-esquelético, tanto si estos son de etiología degenerativa como si están provocados por sobreesfuerzos, lesiones o traumatismos.

Los tratamientos de fisioterapia pueden orientarse a la recuperación de la movilidad, a la eliminación del dolor o a ambas cosas.

Entre los medios habitualmente empleados para conseguir esos objetivos se encuentran:

  • La realización de ejercicios específicos por parte del paciente, con la prescripción del fisioterapeuta.
  • La movilidad asistida (el fisioterapeuta interviene activamente en los ejercicios de recuperación de movilidad o rehabilitación de la musculatura).
  • La aplicación controlada de frío o de calor.
  • El empleo de corrientes eléctricas tipo TENS.
  • El masaje terapéutico.

Especialidades

Obviamente, las necesidades de los pacientes son diferentes, en función de la etiología del trastorno que les provoca dolor o trastornos funcionales de la movilidad. En concreto, algunas de las posibles áreas de especialización de un fisioterapeuta son:

  • Fisioterapia reumatológica o degenerativa: trata los problemas derivados de afecciones como artritis, artrosis u osteoporosis.
  • Fisioterapia traumatológica: su finalidad es el tratamiento de los problemas músculo-esqueléticos derivados de traumatismos, accidentes y lesiones fortuitas.
  • Fisioterapia deportiva: especializada en la prevención de lesiones deportivas y en el tratamiento de las lesiones características de los deportistas profesionales o intensivos.
  • Fisioterapia neurológica: mejora la funcionalidad de las personas con afecciones como el ELA, la esclerosis múltiple, el ictus o la parálisis cerebral.
  • Fisioterapia respiratoria: orientada a mejorar la condición de personas con enfermedades respiratorias muy avanzadas, caso de la EPOC.

Además, la edad y el sexo del paciente pueden requerir que el tratamiento sea realizado por un fisioterapeuta especializado en:

  • Fisioterapia geriátrica.
  • Fisioterapia pediátrica.
  • Fisioterapia obstétrico-ginecológica.

¿Qué clase de profesional es el fisioterapeuta?

Funcionalmente, un fisioterapeuta es un profesional de la salud especializado en la recuperación del movimiento y la funcionalidad motora, incluyendo la eliminación o mitigación del dolor. Su objetivo final es mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes o promover su recuperación total.

Respecto a la formación, un fisioterapeuta debe disponer de la titulación académica oficial de Grado en Fisioterapia. Se trata de una carrera universitaria de 4 años de duración y una carga lectiva de 240 créditos ECTS.

Tras la finalización de sus estudios, un fisioterapeuta dispone de amplios conocimientos teóricos y prácticos en las siguientes áreas:

  • Anatomía humana
  • Fisiología del cuerpo humano
  • Biomecánica esquelética
  • Biomecánica muscular
  • Valoración de trastornos y lesiones
  • Rehabilitación funcional
  • Masaje terapéutico
  • Terapias manuales
  • Terapias eléctricas
  • Terapias térmicas
  • Otras terapias avanzadas

En definitiva, se trata de un profesional sanitario altamente cualificado y con conocimientos específicamente orientados a la práctica y a los resultados terapéuticos.

Diferencias entre el fisioterapeuta y el masajista profesional

No debe confundirse la figura del fisioterapeuta titulado con la del masajista profesional. Estos últimos solo disponen de capacitación para aplicar masajes cuya finalidad es meramente estética o relajante.

En ningún caso están habilitados legalmente (ni capacitados técnicamente) para aplicar masajes ni tratamientos terapéuticos de fisioterapia.

Respecto a su formación, existe una titulación oficial de FP (Formación Profesional) denominada Técnico Superior en Estética Integral y Bienestar, que habilita a sus poseedores para aplicar masajes con propósitos estéticos o relajantes.

El resto de títulos de masajista no son oficiales, puesto que son expedidos directamente por algunos centros de formación no reglada o asociaciones, según sus propios programas y temarios. Hacemos hincapié en que esos títulos o diplomas no tienen ningún valor académico oficial.

En definitiva, estas son las diferencias:

  • Fisioterapeuta: profesional especializado en el tratamiento de las afecciones del aparato músculo-esquelético. Dispone de habilitación legal para ejercer en centros sanitarios y para aplicar tratamientos terapéuticos.
  • Masajista: dispone de nociones de masaje estético y relajante. No puede ejercer en centros sanitarios ni aplicar ningún tipo de tratamiento ni masaje terapéutico.

¿Puede el fisioterapeuta diagnosticar enfermedades o lesiones?

No, el fisioterapeuta es un profesional sanitario, pero no es un médico, aunque dispone de conocimientos de medicina.

Por lo tanto, no está habilitado para diagnosticar dolencias ni lesiones. Su misión es evaluar el diagnóstico oficial emitido por un médico, valorar las alternativas terapéuticas, tomar la decisión adecuada y aplicar el tratamiento de fisioterapia que considere más efectivo.

Por lo tanto, antes de someterse a un tratamiento de fisioterapia, debe obtenerse un diagnóstico médico oficial. Ese diagnóstico es la llave maestra para que el fisioterapeuta pueda evaluar con precisión el alcance del trastorno o lesión y obrar en consecuencia.

La fisioterapia, una alternativa compatible con otros tipos de tratamientos

Uno de los aspectos más interesantes de la fisioterapia es que su empleo no conlleva la renuncia del paciente a otros tipos de tratamientos. De hecho, los tratamientos de fisioterapia son perfectamente compatibles con el resto de alternativas. Esto incluye:

  • Tratamientos medicamentosos sistémicos con ibuprofeno, paracetamol, diclofenaco, corticosteroides y otros medicamentos analgésicos o antiinflamatorios.
  • Tratamientos locales de aplicación tópica con los medicamentos de la relación anterior.
  • Tratamientos ortopédicos.
  • Tratamientos quirúrgicos (de hecho, la fisioterapia es una excelente opción de rehabilitación tras una intervención quirúrgica).
  • Tratamientos biológicos.
  • Tratamientos de medicina natural, caso de la acupuntura.

Cómo sacar el mayor partido a un tratamiento de fisioterapia

El primer paso es obtener un diagnóstico del trastorno muscular o esquelético. Esto debe hacerlo un médico especialista. De esta manera, se evita la posibilidad de que se produzca un error terapéutico. En ese sentido, el diagnóstico médico es de gran utilidad para el fisioterapeuta.

Una vez en la consulta del fisioterapeuta y con el diagnóstico médico en sus manos, el paciente debe:

  • Informarse y resolver todas sus dudas: el fisioterapeuta le aclarará todo lo relativo a su enfermedad o lesión, a las alternativas de tratamiento, al tiempo de recuperación y a las medidas de prevención de recaídas o recidivas.
  • Ser flexible: esto implica hacer caso al fisioterapeuta y aceptar su punto de vista acerca del tratamiento. Es decir, el paciente ha de evitar acudir con exigencias o expectativas de recuperación preconcebidas, muchas veces basadas en premisas o informaciones equívocas. A este respecto, es obligado decir que internet puede ser un arma de doble filo, si la fuente de información elegida por el paciente es poco rigurosa.
  • Colaborar siempre con el profesional: es muy común que los tratamientos de fisioterapia, en su fase inicial, exijan un considerable esfuerzo al paciente o le provoquen algunas molestias. Eso es absolutamente normal. Si se da ese caso, han de seguirse al dedillo las instrucciones del fisioterapeuta. Todo lo que hace es con conocimiento de causa.

Lo más importante es ser constante y confiar en el criterio del fisioterapeuta. En ciertos casos, los resultados de los tratamientos de fisioterapia no son inmediatos, pero a corto plazo siempre producen una mejora muy significativa de la condición del paciente.