Los riders de Glovo camuflan sus mochilas para esquivar a la policía

Para nadie es un secreto lo complicado que es el día a día de los repartidores de Glovo. La complicada realidad es que muchos de ellos sufren por su situación de papeles, por su complicada relación con la empresa o por el hecho de que no gestionan las cuentas alquiladas que muchos de ellos usan para trabajar. Pero a esto se suma que al saber que son pruebas sobre ruedas de que la empresa ignora la ‘Ley rider’ desde que entró en vigor en agosto de 2021. 

Pero, dado que estos repartidores que funcionan sin las condiciones mínimas que pide la empresa y que muchos son blancos fáciles para la policía, sea por su falta de papeles o por trabajar con cuentas alquiladas, buscan estrategias para no ser tan fáciles de reconocer. La principal de todas ellas es el usar mochilas térmicas de otras empresas, algunas de la competencia y otras sin marca alguna, para que la policía no los detenga. 

Es que irónicamente ahora que enfrentan esta dificultad, la mochila homologada de la propia Glovo, con su color amarillo brillante que se ve en la oscuridad, hace evidente que la persona que lleva está rompiendo la ley, que el usuario que previsiblemente le alquila la cuenta también lo está haciendo y que la empresa matriz también lo hace. 

Mochila Bici

«Como Just Eat son contratados, y tienen su personal fijo por un número de horas cuyo trabajo legal, no los paran. En cambio, en Glovo la mayoría tienen cuentas alquiladas», narra un repartidor que cuenta su experiencia. Es también común que, incluso si no hay un castigo por parte del funcionario, la pausa les haga perder pedidos, y por tanto dinero. 

Según repartidores consultados por este medio, las más populares son las de Deliveroo, empresa que ya abandonó el territorio español, y las de Just Eat, empresa con una menor flota de repartidores precisamente por qué ha firmado un convenio para contratarlos que ha sido aprobada por los sindicatos de UGT y CCOO. Es una situación, como siempre, delicada en estos temas, aunque claramente Glovo está aprovechando la situación de inmigrantes sin papeles, o con permiso de trabajo por cuenta ajena, para muchos es la única opción de generar un sustento o de poder generar ingresos suficientes para enviar dinero de vuelta a casa.

Mochila

Es que a un repartidor que detengan no solo puede sufrir la multa por trabajar en negro, que puede variar entre 500 y 10.000 euros, y además si no tiene sus papeles de residencia en el país puede sufrir problemas más graves que una multa y que pueden incluso llevar a una orden de expulsión. Al mismo tiempo, para Glovo puede significar otra multa por ignorar la ‘Ley Rider’, de hecho ya la empresa tuvo que asumir una sanción en 2023 de unos 32,9 millones de euros por este motivo.

Si bien la empresa ha intentado aplicar medidas para intentar evitar este tipo de situaciones, la frecuencia en la que aún se pueden ubicar anuncios de alquiler de cuentas y de venta de modelos distintos de mochilas es evidente que aún ocurre. 

De todos modos, la solución sigue siendo complicada. Como se evidenció cuando la ley rider fue aprobada en 2021, para muchos repartidores poner un parón a este tipo de prácticas sería también eliminar su único medio de trabajo. Es algo que especial señalan los riders de origen venezolano, un país cuya crisis migratoria ha sido una mina de oro para la empresa de la mochila amarilla que ahora trata de esconderse. 

EL PROBLEMA REAL: LA DIFICULTAD DE CONSEGUIR PAPELES LEGALES

Vale señalar que parte del motivo por el que algunos deben recurrir a este tipo de trabajos es lo complicado que es para un extranjero conseguir sus papeles para poder trabajar legalmente en España, el periodista que escribe esta pieza tardó un año en conseguir su NIE y 3 en que se aprobará la nacionalidad (Pandemia de por medio). Son periodos de tiempo complicados de asumir sin ingresos, y sin permiso de trabajo en algunos casos, por lo que es necesario buscar herramientas para resolver el problema. 

Por otro lado, decisiones como la de Just Eat ayudan a que haya menos casos de este tipo, aunque como bien lo evidenció, la salida de Deliveroo del mercado español en noviembre de 2021, dos meses después de la aprobación de la ‘ley rider’ es mucho más complicado operar según las normas que saltando algunas de ellas en el camino. 

LAS MOCHILAS DE LOS RIDERS DE GLOVO LOS HACEN UN BLANCO FÁCIL

En cualquier caso, precisamente por el poco interés que ha mostrado la empresa, y las pocas herramientas que tiene el Gobierno para controlarla sin castigar a los inmigrantes. Esto es quizás el escudo de Glovo, que para ningún gobierno la foto de varios repartidores reclamando frente al congreso su «derecho a trabajar», a pesar de las condiciones y de tener que esconder la empresa en la que trabajan, siguen siendo para muchos una de las pocas opciones para conseguir un sustento cuando aún enfrentan una crisis con los papeles.