‘Chicas Malas’ le da oxígeno a los musicales en taquilla

La nueva versión de Chicas malas, el remake de la película de culto protagonizada por Lindsay Lohan, Rachel McAdams y Amanda Seyfried en 2004, se ha posicionado como número 1 en taquilla en EEUU el fin de semana de su estreno amasando 28 millones de dólares.

Sin embargo, y según una encuesta de la propia distribuidora, una sexta parte de audiencia abandonó la sala al descubrir que la comedia adolescente era un musical.

La trama sigue funcionando como el primer día 20 años después, y eso que la fiebre de películas de instituto quedó bastante atrás y se pasó a la pequeña pantalla con series como Sex education, Élite, Heartstopper, y Euphoria, de las que esta nueva versión bebe bastante en temas de inclusión y diversidad.

La trama de Chicas malas sigue funcionando 20 años después

Sólo con esto, y con la introducción de un buen puñado de canciones y números musicales, la entrada ya merece la pena. Y es que competir contra Lindsay Lohan, Rachel McAdams y Amanda Seyfried era una tarea prácticamente imposible.

Ciertamente es que la única que logra mantenerse a la altura de la ‘abeja reina’ Renée Rapp interpretando a una Regina George todavía más terrorífica si cabe que la que conocíamos. A Angourie Rice, en cambio, los zapatos de tacón rosas de Lindsay Lohan le quedan bastante grandes. Pero a quién no, claro.

Esta historia no la cuenta Cady Heron, cómo pasó en 2004, sino que los narradores son Janis y Damian. Es decir, es la historia que ya conocemos pero desde un punto de vista que permite conocer un poco más a los personajes.

La versión 2024 de chicas malas cuenta la misma historia que en 2004

Aún así, Chicas malas de 2024 cuenta la misma historia, cuenta con los mismos personajes y cuenta con las mismas bromas que había en la Chicas malas de 2004.

El guion vuelve a correr a cargo de Tina Fey. No suele ser común que las personas involucradas en el guion de un reboot sean las mismas que llevaron a cabo el guion de la cinta original, pero Fey entra dentro de la excepción de la regla.

Según datos recogidos por Variety, el 75% del público sabía que se trataba de un musical antes de comprar una entrada, mientras que un 16% abandonó la sala «decepcionado» por el género.

«Esta película es una comedia con música»

Marc Weinstock, presidente de marketing global de Paramount, defiende su decisión a Variety: «No queríamos decir que es un musical porque la gente tiende a tratar a los musicales de una manera diferente. Esta película es una comedia con música. Sí, se podría considerar un musical pero apela a un público más grande. ‘Wonka’ y ‘El color púrpura’ tampoco dicen que son musicales. Nosotros tenemos una nota musical en el título para que haya una pista sin resultar abrumador».

Chicas Malas Película

No solo eso, sino que diferentes usuarios han compartido por sus redes sociales algunas de las reacciones negativas por parte del público en esas partes musicales. Aun con ello, la película cuenta con un correcto 66% en Rotten Tomatoes por parte del público.

La manera, además, de «vender» el musical mediante cambios de formato que refuerzan la irrealidad de las canciones, está utilizado con una fuerza creativa que ya quisieran para sí títulos del género nominados a los Oscar.

En España, la película de Timothée Chalamet lleva unos 12 millones de euros recaudados (según datos de Comscore), una cifra muy superior lo pretendido. Es normal entender su éxito con los ojos de la nostalgia. De la nostalgia menos rancia, pero nostalgia en cualquier caso. La fiebre por Chicas malas, con su imperio rosa chicle, sus camisetas con lemas y su exceso de gloss, es puro revival 2000, moda que arrastra desde hace unos años, persiste y resiste. También es normal entender su éxito teniendo en cuenta la fascinación por las partes implicadas.