«Baja y dímelo a la cara»: los tremendos enfados de Djokovic con aficionados del tenis

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«Baja y dímelo a la cara»: las exasperaciones contundentes de Novak Djokovic al enfrentarse a seguidores apasionados del deporte de la raqueta. En un escenario donde la intensidad del tenis se fusiona con las emociones de la multitud, el tenista serbio desciende de su pedestal competitivo para confrontar de manera franca y visceral a aquellos aficionados que desafían su desempeño. Las disputas no se libran solo en la cancha, sino que se trasladan a un terreno donde la interacción personal y la pasión desbordante chocan de frente.

Djokovic, conocido por su habilidad magistral en la pista, muestra un aspecto más humano y confrontativo al encarar directamente a aquellos que cuestionan su habilidad o despiertan su furia competitiva. En este intrigante duelo fuera de la cancha, la energía del juego se transforma en un intercambio visceral de palabras y gestos, revelando una dimensión diferente del campeón que va más allá de la destreza física.

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Encuentro tenso en el Roland Garros de 2020: Djokovic y su relación con los aficionados

Djokovic

En la edición de 2020 del Roland Garros, Novak Djokovic vivió un momento tenso que dejó huella en su relación con los fanáticos. Durante su enfrentamiento con el tenista sueco Mikael Ymer, un seguidor identificado con el legendario Roger Federer celebró efusivamente la pérdida de un punto por parte de «Nole».

Con solo 1000 personas permitidas en las gradas, fue fácil para el tenista serbio localizar al alborotador, quien ostentaba una gorra del ganador de 20 Grand Slams. La mirada intensa de Djokovic se encontró con la del espectador, generando un intercambio de gestos hostiles. A pesar de la distracción, el número 1 del ranking logró quebrar el servicio de Ymer y, en un giro inesperado, le dedicó el rompimiento al alborotador lanzándole un beso.

Esta peculiar interacción podría ser indicativa de la creciente irritación de Djokovic frente a la omnipresencia de Federer en su camino. Aunque el partido concluyó con una victoria contundente de Djokovic por 6-0, 6-2 y 6-3, la tensión en las gradas agregó un matiz intrigante a su avance a la siguiente ronda, donde se enfrentaría al lituano Ricardas Berankis. Posterior al encuentro, Djokovic, con un tono ambiguo, comentó que, a pesar de no ser un Roland Garros normal, era un verdadero placer jugar ante el público. Este episodio dejó una marca en la relación del tenista con sus seguidores, revelando una faceta menos conocida de su temperamento competitivo.

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