Airbnb es una de las plataformas que se ha vuelto clave en la evolución del turismo en Europa y el mundo. Pero la empresa también ha sido blanco de críticas debido a lo que representa para los precios de alquiler en las ciudades donde tienen más fuerza. Por tanto, no debería ser una sorpresa que en ciudades como Madrid y Barcelona, donde el precio del alquiler y la vivienda son un problema, se busque regular su actividad.
Es una realidad de la que la empresa ha intentado defenderse tanto en su presentación de resultados del tercer trimestre del año, en la que presumen de ingresos superiores a los 4.400 millones de dólares, como en la reciente charla con medios que protagonizó el director financiero de la empresa, Nathan Blecharczyk. «No somos los que más impacto generamos en el problema de la vivienda», aseguraba Blecharczyk, uno de los cofundadores de la aplicación en San Francisco.
Pero a pesar de la opinión del empresario varias de las ciudades más importantes del mundo han aplicado medidas de regulación con la plataforma, particularmente Nueva York ha presentado un plan regulatorio que básicamente los expulsa de la isla de Manhattan. Sin embargo, el directivo mantiene su posición señalando que en algunas de las ciudades que los señalan, como Venecia o Ámsterdam. Incluso ciudades usualmente liberales con este tipo de servicios como Londres han limitado las estancias en este tipo de servicios.
España no es la excepción. Barcelona ha aplicado una regulación que ha eliminado el alquiler de habitaciones a corto plazo, solo permite que la aplicación trabaje con pisos completos o casas, y Palma de Mallorca ha prohibido los alquileres turísticos en edificios de apartamentos. Ahora es Madrid donde el alcalde, José Luis Martínez Almeida, ha informado que se prepara una nueva ley para regular los pisos turísticos, aunque no ha dado detalles y ha dejado saber que quedan aún entre tres y cuatro meses antes de que se apruebe la medida.
Aunque Almeida ha dejado claro que «regular no es prohibir» la realidad es que para la empresa puede haber cierta sensación de déjà vu de cara a este proceso, pues han escuchado discursos similares en otras ciudades. «Es una actividad económica y, por tanto, hay que establecer los mismos parámetros para esta actividad que para el resto de actividades de inmuebles de uso residencial en nuestra ciudad», insistía el alcalde durante su intervención en Metaversos, las jornadas sobre tecnología organizadas por Atresmedia.
Es importante señalar que no es la primera vez que la ciudad hace esta «amenaza». A principios del 2020, antes de que se desatara la pandemia en España, la alcaldía había hecho un anuncio similar pero en aquel momento el cambio de prioridades cambió la situación. También es cierto que no parecía un año en el que se evidenciaron al mismo nivel los problemas generados con la aplicación en el alquiler.
EL PRECIO DEL ALQUILER CUANDO AIRBNB HACE PRESENCIA
Más allá de lo que dice la empresa no hay duda de que hay un efecto directo entre su presencia en las ciudades y los aumentos del precio de alquiler. El problema es cuando en ciudades que ya tienen un problema de vivienda, tanto por el precio como por la disponibilidad, se aumenta el número de pisos o casas dedicadas al turismo lo normal es que el precio del alquiler a largo plazo aumente. Es la tradicional ley de la oferta y la demanda.
Esto es más que evidente en ciudades como Madrid, donde entre la cantidad de edificios dedicados directamente al turismo, es decir hoteles y hostales, y las residencias turísticas el espacio dedicado a que puedan vivir los ciudadanos se reduce demasiado. Se puede ver esta evolución revisando los datos de la capital.
Según idealista entre 2020 y 2021 el precio cayó hasta dos euros por metro cuadrado en los meses en que la pandemia dejó sin operar a Airbnb. Es cierto que el hecho de que los dueños de los pisos sigan deseando sacar el mayor ingreso posible puede llevarlos a buscar otro tipo de opciones para ofrecerlos a turistas, como asegura Blecharczy que ha sucedido en Nueva York, no hay duda de que reducir la oferta dedicada al turismo y llevarla a la vivienda puede aliviar la situación del alquiler.
EL FUTURO DE AIRBNB
Mientras tanto Airbnb sigue buscando estrategias para competir con los hoteles, a quienes aún ven como su principal rival. Su CEO, Brian Chesky, presentaba esta semana, una nueva herramienta para presentar evaluaciones de los usuarios de nuevos alojamientos así como una opción de verificación para los pisos recomendados. Son ideas importantes ahora que la plataforma tiene problemas en su competencia, aunque el directivo señala que siguen siendo más baratos que la opción más tradicional.
