La situación de la Franja de Gaza volvió a complicarse durante el fin de semana tras una nueva ofensiva de Hamás contra civiles en Israel. El grupo armado que gobierna de facto en algunas zonas del territorio palestino atacó diferentes zonas de Israel, tomando varios prisioneros civiles incluyendo algunos extranjeros. El ataque, que tomó por sorpresa las defensas de la nación israelí, es el peor que recibe el país desde 1973 y es difícil dar una cifra de bajas sin que se quede obsoleta en el tiempo que tarda en leerse este artículo.
Pero el ataque de la organización yihadista se realizó en un momento especialmente delicado para occidente. Aunque muchos países se habían sentido incómodos manteniendo su apoyo a Israel durante el gobierno de Benjamín Netanyahu, una figura que ha sido señalada como parte de la «extrema derecha», las acciones de Hamás de estos días parecen haber permitido que se volviera a dar apoyo completo a su gobierno. Es que además de realizar un ataque sorpresa apuntaron contra civiles, con el caso más emblemático siendo un festival de música electrónica en el desierto de Re’im contra el que abrió fuego y del cual se secuestraron a varios jóvenes.
Para colmo de males de la organización entre los secuestrados había ciudadanos alemanes y estadounidenses, lo que ha movilizado a esos gobiernos con la idea de rescatarlos, o al menos recuperar sus cuerpos, de momento tanto Estados Unidos como el Reino Unido han confirmado la muerte de casi una docena de sus ciudadanos. Esto ha hecho que Hamás pase de ser un grupo controvertido a volverse un blanco para occidente de la misma importancia que en su momento lo fue Al Qaeda, después de todo los medios israelíes ya hablan de que este ataque como su propio 11 de septiembre.
Pero esto puede ser una mala noticia para el pueblo palestino. En la práctica la guerra siempre ha terminado causándoles más dolor a ellos, después de todo organizaciones como Humans Right Watch y Amnistía Internacional han señalado que incluso Hamás, que asegura actuar en su nombre. Esto obliga a que sea un conflicto del que opinar con pinza, en palabras de Gregg Carlstrom, corresponsal en Israel de The Economist: «Es un conflicto que siempre termina en lágrimas».
HAMAS: ¿ORGANIZACIÓN TERRORISTA?
Más allá de las declaraciones específicas el estatus de Hamás para la Unión Europea ha variado con el tiempo. En 2018 el consejo europeo intentó agregar a la organización, que tiene mayoría de facto en el congreso palestino, pero una apelación de la propia Hamás los dejó fuera de la lista hasta 2021. Según una decisión de la corte europea la apelación no daba motivo para dudar de los testimonios que condenaron la organización desde entonces.
Esto parece haber sido la base para las primeras decisiones de la UE con respecto a la nueva ofensiva. En primera instancia se han cortado las económicas para el desarrollo en la región de palestina, pero además se habla de dar un apoyo a Israel parecido al que recibe Ucrania. Vale decir que Israel por su delicada situación política y geográfica mantiene uno de los ejércitos más modernos del mundo, por lo que el apoyo puede no ser tan extenso.
Mientras tanto al menos en España hay algunas figuras del Gobierno o cercanas al mismo como Yolanda Díaz, Ione Belarra, Irene Montero e Iñigo Errejón se han reafirmado en su postura de que la única forma de resolver el problema es el fin de la «ocupación» israelí, y criticado las medidas de defensa tomadas por el país y por la UE.
MIENTRAS CRECE LA TENSIÓN EN ISRAEL SE MANTIENE EL CONFLICTO CON RUSIA EN UCRANIA
Aun sin que países como Estados Unidos o Reino Unido tengan tropas presentes en estos conflictos no deja de existir la sensación de que esta escalada de las tensiones en Gaza es una pieza más de la nueva guerra fría. De hecho uno de los puntos interesantes del nuevo conflicto es que a pesar de haber apoyado a Palestina Rusia no está en posición de ayudar a sus aliados árabes, misma situación en la que está China que seguramente está planeando su entrada a Taiwán, por lo que Hamás tampoco puede esperar el apoyo con tropas de sus aliados de Europa y Asia.
Gaza es una pieza más de la nueva guerra fría
Pero para China el ataque es una buena noticia. Dado que desde Estados Unidos el deseo era poner el ojo sobre los movimientos del gobierno comunista de Xi Jinping el aumento de las tensiones en oriente medio no parece la mejor situación. Además, desde hace un tiempo se había hecho un esfuerzo para que se completara la normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudita, un paso más para una nación israelí que había conseguido normalizar sus relaciones con los Emiratos Árabes, Bahrein y Marruecos, lo que les permitía al menos sentir algo menos de presión de sus vecinos.
Esto último seguramente es parte del ímpetu para el ataque. Irán no ha hecho demasiado para ocultar su relación con Hamás, y según datos del Wall Street Journal habría dado luz verde al ataque. Es una muestra de la complicada situación que la nación gobernada por Netanyahu mantiene con sus vecinos.
