Reestructuración empresarial: pasos a seguir para hacerla correctamente

Lograr ser una empresa competitiva y sostenible en el tiempo puede convertirse en un verdadero reto, especialmente, cuando los negocios deben adaptarse a nuevas realidades y entornos. En estas situaciones, la reestructuración empresarial puede ser una herramienta clave, ya que ofrece una gran capacidad de adaptación.

El mundo de los negocios (y, en concreto, algunos sectores empresariales) son muy cambiantes. Por eso, las empresas necesitan ser flexibles y saber cuándo es necesario realizar una reestructuración empresarial y, lo más importante, cómo hacerla.

Empecemos dejando claro algo: hacer una reestructuración empresarial no es ni fácil ni rápido. Sin embargo, puede conllevar muchas ventajas en cuanto a competitividad y solidez. Por eso, en la mayoría de casos, merece la pena informarse, estar preparado y, sobre todo, bien asesorado.

Para ello, en este artículo exploramos en detalle cómo se hace la reestructuración de una empresa, en qué consiste este proceso y cómo llevar a cabo su implementación de la forma más adecuada. Además, te damos las claves principales para detectar cuándo es el momento de hacerla. ¡Sigue leyendo y toma nota!

¿En qué consiste una reestructuración empresarial?

La reestructuración empresarial es un proceso mediante el cual una organización o negocio modifica su estructura organizativa, operativa, estratégica o financiera. Generalmente, este cambio persigue el objetivo de enfrentar nuevos desafíos, corregir problemas estructurales, adaptarse a las nuevas condiciones del sector o aprovechar nuevas oportunidades en el mercado.

Por lo tanto, podemos decir que se trata de una redefinición y reorganización de los recursos, operaciones y estrategias de una empresa para alcanzar sus objetivos de manera más efectiva.

En función de las necesidades y objetivos de la empresa, la reestructuración empresarial puede manifestarse de distintas formas:

  • Reestructuración organizativa: cambios en la estructura jerárquica o divisiones departamentales.
  • Reestructuración operativa: enfocada a mejorar los procesos y operaciones para hacerlos más eficientes.
  • Reestructuración estratégica: cambios en la dirección y enfoque del negocio como entrar a nuevos mercados, cambiar el modelo de negocio, etc.
  • Reestructuración financiera: ajustes en la estructura de capital de la empresa como la venta de activos o la búsqueda de nuevas vías de financiación.

Cómo llevar a cabo una reestructuración empresarial de forma eficaz

El proceso de reestructuración empresarial es ciertamente complejo. Además, en caso de gestionarlo de forma incorrecta, puede generar más problemas que los que se intentan resolver. Por este motivo, a la hora de llevar a cabo esta adaptación, es fundamental tener en cuenta una serie de consejos y pautas.

El primero de todos y, sin duda, el más importante, es contratar una buena asesoría para empresas. Cometer un error durante este proceso puede llegar a salirte muy caro, por lo que rodearte de profesionales y expertos que te asesoren en este nuevo rumbo empresarial es imprescindible.

Las asesorías o gestorías de empresas cuentan con experiencia y conocimiento en áreas como las finanzas, las operaciones o la estrategia, por lo que pueden servirte de guía en el proceso de transformación. Además estos profesionales te ofrecerán una visión objetiva, algo clave a la hora de identificar problemas y oportunidades que, desde dentro, podrían pasar desapercibidos. Contar con este asesoramiento externo también te permitirá mitigar riesgos, previendo posibles complicaciones y ayudando a evitarlas o minimizarlas.

Por otro lado, te recomendamos establecer un plan estructurado que comprenda todo el proceso de transformación. En primer lugar, deberás designar los objetivos que persigue esta reestructuración empresarial y, a continuación, observar cuáles serán los departamentos y puestos afectados. Finalmente, deberás planificar los cambios que se deben dar dentro de cada área.

Tanto la planificación como para la ejecución de este plan de actuación, deberás designar un equipo dedicado a su implementación. Si bien esto conllevará una serie de recursos, es fundamental para garantizar que los cambios se realicen de forma ordenada y efectiva.

Por último, deberás hacer un seguimiento de toda la ejecución y asegurarte de que todos los agentes afectados (trabajadores, clientes, proveedores, etc.) son avisados con suficiente antelación de los cambios que se van a producir y están conformes.

Asimismo, una vez finalizado el proceso de reestructuración empresarial, es importante que midas el grado de satisfacción de todos los grupos de interés, la adaptación de los empleados y el éxito de la operación. Para ello, te recomendamos que establezcas una serie de KPIs en el momento en el que defines los objetivos principales a alcanzar. De esta forma, podrás observar si la transición ha merecido la pena y si hay errores a corregir.

¿Cuándo hacer una reestructuración empresarial?

Llegados a este punto, es posible que te preguntes si tu empresa necesita hacer una reestructuración empresarial y si es el momento adecuado. Si bien tu asesor puede darte más información sobre esto, aquí tienes un listado de situaciones en las que sería interesante una reestructuración empresarial:

  • Desafíos empresariales como, por ejemplo, caídas en ventas o problemas financieros
  • Identificación de nuevas oportunidades como mercados emergentes o tecnologías innovadoras
  • Cambios en el entorno o sector empresarial como cambios demográficos o crisis financieras