Etiquetado de productos: qué es importante saber

Todos los productos que se venden hoy en día tienen que llevar una etiqueta. En ella, debe ir información que cambia dependiendo de la clase de artículo, pues será distinta en un alimento y en un champú. Cuando se prestan servicios de envasado a terceros hay que tener esto muy en cuenta, pues es posible que haya que colocar una etiqueta o imprimir toda la información de manera directa en el envase.

Información nutricional en el caso de los alimentos

Ahora mismo, los consumidores nos fijamos mucho en la composición nutricional de los alimentos. De hecho, esto puede ser un motivo para comprar o no un producto. De esta manera, en la etiqueta se debe informar de las calorías que posee por porción, cómo es la porción tipo, qué clase de grasas contiene, los nutrientes que aporta, si contiene vitaminas o minerales, etc.

También es muy importante la lista de ingredientes, ya que así vamos a saber si el alimento que compramos viene con aditivos, saborizantes, colorantes, etc.

Instrucciones de uso y seguridad

En el etiquetado, y siempre que sea necesario, deben venir unas instrucciones de uso y de seguridad, con advertencias bien claras. Esto es imprescindible en el caso de los productos químicos peligrosos. Por ejemplo, podemos hablar de los desatascadores de tuberías que se venden en el supermercado.

Son corrosivos y por eso tienen que venir con unas instrucciones que se entiendan bien, con el fin de no provocar ningún problema en nuestra salud.

El lote se debe ver de una manera clara

Como consumidores, lo cierto es que no solemos fijarnos en el lote de los artículos que compramos. Sin embargo, se trata de una información que puede ser crucial. Ya se han dado situaciones en las que un determinado producto se ha tenido que retirar del mercado, como es el caso de algunos medicamentos. Para saber cuáles eran los que se iban a desechar había que mirar el número de lote.

Algo similar ha ocurrido con algunas alertas alimentarias, como ha ocurrido con los quesos contaminados. Aquí, el número de lote era la manera de identificar qué quesos eran los que no se debían consumir.

En ocasiones hay que poner un etiquetado específico

Hay ocasiones en las que además del etiquetado normal hay que añadir uno específico. Hablamos de etiquetas que identifican al producto como orgánico o ecológico. Y también de la etiqueta que dice que un determinado artículo se ha fabricado de forma ética.

Con este tipo de identificación, el cliente tiene la información que necesita a la hora de respaldar prácticas comerciales que él considere relevantes.

Debe incluir la fecha de caducidad

Estamos acostumbrados a mirar la fecha de caducidad en las etiquetas de los alimentos, pero hay muchos más productos que la llevan impresa. Las pilas que compramos en el supermercado tienen una fecha de caducidad, a partir de la cual no nos garantizan su funcionamiento. Algo similar ocurre con artículos tan dispares como el pegamento o la pintura.

En estos casos, esta fecha es el límite para que el producto que compramos esté en buenas condiciones. Si hablamos del pegamento, eso significa que cuando pasamos de esa fecha, es posible que ya no haga bien su función o que esté seco.