El Congreso cree que Asturias se está calcinando para poner parques eólicos

El calor de las llamas ha encendido los ánimos de las autoridades de Asturias tras casi una semana en la que, especialmente en los concejos del oeste de la región, el fuego ha arrasado miles de hectáreas ante la impotencia de los equipos de salvamento. Y el Congreso también se ha hecho eco.

Una oleada de incendios (que comenzó el pasado 23 de marzo) y que es la más alta desde 2017, obligando a desalojar a casi 400 personas.

Todos los incendios se encuentran en situación de controlados, aislados y sin avanzar dentro de un perímetro, a excepción del incendio localizado en Villanueva del Rañadorio, y Valdés, que están estabilizados, es decir, sin llegar a estar controlados siguen evolucionando dentro de las líneas de control establecidas por los servicios de extinción.

Todos los incendios en Asturias están controlados, pero en el Congreso hacen conjeturas

El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ha informado de que el último incendio de Tineo está estabilizado y tan solo queda un fuego en el concejo de Tineo.

Durante la jornada se mantendrán movilizados Bomberos del SEPA junto a dos empresas forestales para continuar con las labores de vigilancia entre los concejos de Tineo y Valdés.

En estos momentos, Asturias está en nivel 1 de alerta «que supone mantener el control de los incendios», lo que ha permitido que muchos de los refuerzos llegados a la región, como la Unidad Militar de Emergencias (UME) «se hayan ido ya». El día en el que más personas estuvieron trabajando contra el fuego fue el viernes, «con 828 efectivos».

«Los responsables de estos incendios son auténticos criminales organizados, auténticos terroristas del fuego», apuntaron desde el Congreso de los diputados, donde aseguraron incluso que los montes quemados no podrán cambiar de uso, ser recalificados o destinados a albergar parque eólicos.

Asturias Incendios

No, los montes quemados de Asturias no podrán albergar parques eólicos

«Nadie va a tener beneficio de este atentado«. Ahora, todos los esfuerzos están destinados en poner en marcha un plan de restauración y recuperación de las zonas afectadas por las llamas mientras continúan las labores de supervisión y refrigeración de las brasas que han azotado a la región.

El presidente del Principado ya ha marcado una postura clara, enfocada a la intencionalidad humana de los incendios. Según las pesquisas de los investigadores, ya habría varias personas identificadas como presuntas sospechosas.

Un ejemplo claro, a juicio del presidente autonómico, fue el incendio del Monte Naranco en Oviedo, que llegó a arder por hasta doce zonas diferentes. Una teoría apoyada en la versión de los expertos, quienes recuerdan que en Asturias hasta el 80% de los incendios que se producen son a causa del factor humano y no por las condiciones climatológicas en sí.

Para dejar muy claro que son acciones premeditadas y organizadas, en el Principado se puso como ejemplo el incendio del Naranco en Oviedo, que prendió en doce puntos a la vez, «algo que se hizo para poner en peligro las casas».

Mucho más que un problema medioambiental

«En torno a un fuego mayor aparecían nuevos focos que nada tenían que ver con el viento y que buscaban recrudecer la situación en muchos puntos», destacó el presidente asturiano, que instó a la ciudadanía a no tener miedo y colaborar a fin de encontrar a los culpables si tienen alguna sospecha y apeló la declaración de los técnicos «que nos dicen que no hay otra explicación».

Anunció además que el Principado «se personará como acusación particular» en cuanto haya detenidos. Confirmó, con todo, que por el momento solo «hay sospechosos».

No hay duda de que el cambio climático, la desertificación y las largas sequías están poniendo contra las cuerdas la masa forestal del país. Los expertos dicen que «la temporada de incendios se está alargando entre uno y dos días por año». Pero no nos equivoquemos, no es solo un problema ecológico o ambiental… sino más bien político. una cara más de la España Vaciada, de cómo todas esas comarcas despobladas pueden hacer frente a unos cambios ecológicos, económicos y sociales que los hacen verse como obsoletas.