Los embutidos es uno de los alimentos más consumidos en nuestro país, por su sabor, porque somos grandes productores y porque sobre todo en determinadas zonas es una base alimenticia. Pero tiene un lado oscuro: los aditivos y conservantes que contienen. Es el precio que hay que pagar en un mercado con mucha demanda y que por tanto requiere mucha producción y mucha logística de conservación y de aditamentos para triunfar sobre la competencia. Vamos a ver qué llevan estos embutidos y lo que hay que evitar para cuidar su salud.
6LOS NOMBRES TÉCNICOS QUE DEBEMOS MIRAR O BUSCAR
Los sulfitos (E-220-228): Se usan sobre todo para mejorar el aspecto de las carnes y embutidos, dándoles un color rojo más vivo y alargar su frescura. Son conservantes antioxidantes pero tienen efectos nocivos para tu salud, ya que destruyen la vitamina B1 y es muy perjudicial para los asmáticos. Tampoco se permite su uso pero están presentes en pre-cocinados y algunas carnes procesadas.
El glutamato monosódico (E-621): Es un potenciador de sabor, muy presente también en los snacks industriales y los pre-cocinados, pero sobre todo en fiambres y preparados cárnicos. Además crea adicción y te invita a comer más y más aunque no tengas hambre, además de contener féculas, almidones y cereales que abaratan el producto final y les da más volumen, para poder emplear menos producto «real».