Un dentista inventó la silla eléctrica.

Fell, el dentista pensó que su silla sería ideal para sujetar a los prisioneros, ya que él lo hacía normalmente con sus clientes cuando iban a curarse sus muelas. 

Con esto, conectó la electricidad a la silla y consiguió un ejemplo, hoy rudimentario, de lo que conocemos como silla eléctrica.