Vienen buenas noticias y es que una la universidad inglesa de Cambridge ha creado un reactor que se alimenta con energía solar y que puede convertir basura (desechos plásticos) y los gases que propician el efecto invernadero en combustible sostenible. Es una de las noticias más maravillosas que se pueden escuchar.
El reactor está formado por dos compartimentos individuales: uno para el plástico y otro para los gases. Esto permite que los dos flujos de desechos se transformen al mismo tiempo en productos químicos. Lo interesante es que es la primera vez que se consigue con luz solar.
¿Cómo se transforma la basura en energía con el reactor?
El reactor utiliza un absorbente de luz que está basado en perovskita lo que se ha denominado como una «prometedora alternativa» al silicio. Todo el equipo encargado de este proyecto realizó varios diseños de diversos catalizadores para que pudieran estar integrados en el absorbedor de luz y, de esta manera, poder cambiarlo dependiendo del producto final que se desee.
El objetivo del reactor es el de convertir el dióxido de carbono (CO2) y diversos plásticos en componentes útiles para varios sectores industriales. Se han realizado varios experimentos donde el CO2 se convirtió en gas de síntesis que es un elemento fundamental para los combustibles líquidos sostenibles. También se consiguió que las botellas de plástico se transformaran en ácido glicólico que es muy utilizado en cosmética.
Lo que se está consiguiendo es convertir los desechos en elementos utilizables mediante la intervención de la energía solar. Esta invención es una tecnología que está impulsada por energía solar lo que permite adentrarse en el mundo de la contaminación plástica y los gases invernaderos a la vez para tener una economía mucho más circular.
Suecia es uno de los países que ha conseguido aprovechar el reciclaje
El país nórdico consigue reciclar el 99% de su basura. ¿Cuál es el secreto de Suecia para reciclar una cantidad tan ingente de basura? Lo primero que hay que tener en cuenta es la manera en la que usa un sistema jerárquico en la gestión de residuos.
Lo primero que hacen es centrar su país en la prevención, la reutilización, el reciclaje y, por último, en la eliminación en el vertedero. Esta organización hace que el sistema de aprovechamiento con el reciclaje sea mucho más ordenado y eficiente.
La mayor parte de las toneladas de basura que se generan se incineran en las plantas productoras de energía por lo que han tenido que llegar a importar basura de otros países ya que la utilizan para calentar los hogares con la energía que producen. Es un sistema innovador y una manera increíble de ayudar al planeta con un servicio positivo también para el ser humano.
Este país vecino de Noruega ha conseguido unos resultados increíbles gracias al trabajo colectivo y a la educación de sus ciudadanos. Dentro de las leyes suecas se ha estipulado la creación de estaciones de reciclaje en cada zona residencial por lo que está todo el sistema muy bien organizado.
¿Cómo funciona el reciclaje en Suecia y cómo convierten la basura en electricidad?
Lo primero que hacen es separar los residuos dentro del hogar para luego depositarlo en los contenedores especiales. Una vez depositan la basura, se lleva a las estaciones de reciclaje donde todo es reciclado, reutilizado o abonado. El agua la purifican hasta hacerla potable y también cuidan la recogida y reciclaje de la basura electrónica y de los residuos peligrosos.
Todo está organizado para que puedas depositar la basura en los contenedores correspondientes y que termine siendo utilizada para generar energía.
Cuando incineran los residuos generan energía y evitan, a la vez, los gases que luego terminan estando expuesto al aire libre en los vertederos. Además, se aseguran de que los residuos peligrosos como es el caso de las pilas, bombillas y desechos eléctricos no sean quemados. Otro de los principios de Suecia con la basura es la de generar la menor cantidad de residuos posibles.
El proceso para convertir la basura en energía comienza por un lector óptimo que separa las bolsas por color. Las azules tienen el plástico y se envía a las plantas de reciclaje mientras que las verdes contienen residuos alimentarios por lo que se usan para realizar fertilizantes, compost y biogás que es lo que utilizan los autobuses. En el caso de las bolsas blancas, se incineran en un horno a 850 ºC.
Con el calor que generar hierven el agua y mueve una turbina que es la que se encarga de generar electricidad. Lo que se genera se aprovecha en las escuelas y también en la red de calefacción municipal. Una vez se ha incinerado todo, el 20% de la basura que ha sido incinerada se entierra.
Por lo tanto, Suecia es un modelo a seguir en cuando al uso de la basura ya que se llega a reciclar el 96% y también se deriva a las plantas de incineración. Gracias a este método 250 mil hogares se abastecen de electricidad generada por basura y el 20% de las casas tienen calefacción que proviene de este sistema.
