Beato Miguel Agustín Pro es la figura a la que se venera el 23 de noviembre

Beato Miguel Agustín Pro fue un presbítero de origen mejicano que murió como mártir por la defensa de la fe en Cristo. Nuevamente, el Santoral Católico nos brinda otra oportunidad para felicitar a todos los caballeros y las damas que conozcamos o que sean parte de nuestros familiares y amigos que han sido bautizados con los nombres de Miguel, Miguela o Miguelina, así que no la desaproveches.

Beato Miguel Agustín Pro

Beato Miguel Agustín Pro

El Beato Miguel Agustín Pro Juárez fue un presbítero nacido en Méjico, hijo de un ingeniero de minas, fue educado por tutores en su casa, que formó parte de la Orden de la Compañía de Jesús fundada por San Ignacio de Loyola, esto es, que era un padre jesuita, que tuvo que morir como mártir defendiendo su fe en Cristo durante el año 1927. Nació en la población de Zacatecas, situada al noroeste de Ciudad de Méjico, la capital.

Cuando el Beato Migue Agustín Pro cumplió los veinte años de edad, ingresó como novicio en la Orden de la Compañía de Jesús, en un monasterio situado en Michoacán, pero como su educación de bachillerato no estaba completa, tuvo ciertos problemas de formación que tuvo que compensar con su fe, pero apenas había comenzado su formación en la carrera eclesiástica, cuando la congregación tuvo que ser desalojada.

Esto ocurrió por causa de la aparición del ejército mejicano durante lo que se llamó la revolución mejicana estando en la presidencia de Méjico Plutarco Elías Calles, un furioso anticatólico. En el año 1913, el Beato Miguel Agustín Pro hizo sus votos, pero el conflicto en Méjico estaba en plena escalada.

El general Venustiano Carranza y el bandido Pancho Villa atacaban a mansalva las iglesias y a sus párrocos, saqueando iglesias, torturando a los sacerdotes y los religiosos. El 5 de agosto de 1914 un grupo de hombres de Carranza atacaron la casa del noviciado y prendieron fuego a la biblioteca.

En ese momento el rector advertido de que la situación iría a peor, le dijo a la comunidad que cada uno tendría que abrirse camino huyendo por la frontera hacia los Estados Unidos y que podrían seguir desde allí hacia California, donde los jesuitas ponían a disposición de seminaristas exiliados de México una casa en Los Gatos.

El largo peregrinar del Beato

El largo peregrinar del Beato

El Beato Miguel Agustín Pro Juárez llegó hasta allí el 9 de octubre y se quedó por un año, antes de tener la posibilidad de irse a España para estudiar filosofía. En el año 1920 se le destinó a enseñar en Nicaragua, volviendo después a España para poder estudiar teología.

En el año 1924 el Beato Migue Agustín Pro pasó a Enghien, en Bélgica, para terminar sus estudios en teología y estudiar sociología, porque se encontraba interesado en los movimientos obreros, y quería la mejor preparación para volver a Méjico. Se ordenó definitivamente en el año 1925 cuando se recrudecía la persecución en México bajo el mandato de Elías Calles.

Fue en España donde el Beato Miguel Agustín Pro comenzó una brillante carrera como erudito y maestro. Pero en algún momento en su vida, tal como se cuenta en su biografía, llegó a sufrir una enfermedad que lo dejó en un estado bastante delicado, pero se animó a peregrinar hasta Lourdes, en Francia, llegando a rogarle a la Virgen que le diera las fuerzas suficientes y renovadas, como para poder volver a su Méjico natal.

La Virgen le concedió lo que el Beato Miguel Agustín Pro le pidió y pudo regresar a Méjico, pero en aquella época la situación no era la mejor para los católicos, con momentos bastante revueltos, siendo acusado de un crimen que no cometió, fue encarcelado.

Se cuenta que mientras estaba encarcelado, el Beato Miguel Agustín Pro fue objeto de una acción vengativa, siendo acusado de otra violación a las leyes que tampoco cometió, por el cual terminó por perder su vida sin haber tenido derecho a un juicio, sólo por el hecho de ser un sacerdote cristiano, muriendo como un verdadero mártir de la fe.

San Anfiloquio de Iconio, San Clemente I papa, San clemente obispo, San Columbano, San Gregorio obispo, San Severino recluso, San Sisinio, San Trudón de Sarquinium, Santa Cecilia Yu So-sa, Santa Felicidad, Santa Lucrecia, Santa Mustiola, Beata Margarita de Saboya y Beata María Cecilia Cendoya y Araquistain.