Pedro Sánchez coquetea en Colombia con reconocer al régimen Nicolás Maduro

Pedro Sánchez coquetea, cada vez más, con la idea de reconocer a Nicolás Maduro como el presidente de Venezuela. El empujón que le faltaba era la reunión con el presidente colombiano, Gustavo Petro, con quien se reunió la tarde de este miércoles, para tratar diversos temas sobre ambos países. Es cuestión de tiempo para que el jefe de Gobierno lo asuma públicamente.

Petro se convirtió en el primer miembro de la izquierda en llegar a la presidencia de Colombia, lo que supone un cambio político significativo en relación con el régimen venezolano. Tan es así que ya fueron restablecidas las relaciones diplomáticas, con el nombramiento de los respectivos embajadores de ambos países y se está gestionando la apertura de la frontera para «normalizar» las relaciones bilaterales.

Con la llegada de Petro al poder en Colombia, la dictadura de Nicolás Maduro se abre una ventana al exterior, con el ex guerrillero como gestor del lobby internacional que requiere el régimen venezolano para ser reconocido y para establecer nuevas alianzas comerciales con países que llevan años con la diatriba de si reconocerlo o no.

Uno de los puntos de la agenda de Sánchez era el tema Venezuela, porque España tiene un par de años debatiéndose entre la aceptación de Guaidó y los inconvenientes para manejar asuntos oficiales con las instituciones venezolanas, y sobre todo, por la ola de ciudadanos de ese país que han llegado durante los últimos años, huyendo de la dictadura y solicitando protección internacional.

Desde afuera, el escenario venezolano es un disparate. Por un lado, Juan Guaidó es reconocido como el presidente interino por 52 países, entre los que se cuenta España, pero por el otro, todas las instituciones y el poder del Estado están en manos de Nicolás Maduro, de hecho, en algunas oportunidades desde el Ejecutivo el mensaje ha sido claro: no reconocen a Maduro como el presidente, pero sí a sus instituciones.

El presidente de Gobierno llevaba ya mucho tiempo tragando grueso tras haber reconocido a Juan Guaidó como presidente interino del país suramericano, después que en 2019 el ex parlamentario se juramentara como presidente de Venezuela. En aquel momento Sánchez aseguró que lo que debía seguir era la convocatoria de unas elecciones libres en ese país.

Es por ello que Sánchez se ha reiterado en la necesidad de que haya un diálogo entre la dictadura de Nicolás Maduro y los miembros de la oposición, con miras a buscar una solución viable a toda la crisis política que ha sufrido el país vecino de Colombia durante las últimas décadas.

Desde La Moncloa han sido enfáticos en celebrar el deshielo de las relaciones entre Colombia y Venezuela pero sobre todo porque esto le abre al Ejecutivo la posibilidad de imitar esta iniciativa política, que es además avalada por muchos de los ministros, sobre todo por aquellos que militan con Unidas Podemos, que son fieles aliado del chavismo desde que fundaron la formación morada.

Sánchez viajó a Colombia con la idea de dejar permear el mensaje de que este y todos los gobiernos de izquierda de la región serán siempre respaldados por el Ejecutivo español, pues sabe muy bien que tras la llegada de Gustavo Petro al poder, la «resurrección» internacional de Nicolás Maduro, el próximo en llegar al poder será Luiz Inacio «Lula» Da Silva en Brasil, consolidando así a la izquierda latinoamericana.

Por su parte, Gustavo Petro tiene la misión de sumar apoyos para el régimen de Nicolás Maduro, pues sabe que la alianza con el dictador venezolano le ayudará a consolidarse como líder político en Colombia, que ha sido el país que más migrantes venezolanos ha recibido tras la agudización de la crisis política, económica y social que ha azotado a Venezuela, en especial a partir de la legada de Nicolás Maduro al poder.

La sola idea de que Pedro Sánchez reconozca, finalmente, a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, pone a temblar a más de uno de la oposición venezolana, pues esto podría desatar una reacción en cadenas donde otros países, y en especial de La Unión Europea, imiten la decisión del Ejecutivo, y entonces se habrá perdido todo el esfuerzo por denunciar en todas las tribunas internacionales al dictador venezolano, que ha sido señalado de violar los derechos humanos de su población.

Esto sin contar las consecuencias que podría traer esta situación para los cientos de miles de venezolanos que han llegado a España para solicitar protección internacional y que han sido favorecidos con una residencia temporal por razones humanitarias, pues de reconocer al régimen de Nicolás Maduro podría haber un cambio en relación con la protección ofrecida a los ciudadanos del país suramericano que residen en la península.

De momento, Gustavo Petro ha tratado de ser comedido y de hecho respondió al número dos del chavismo, Diosdado Cabello, quien le insistió en que entregara a los líderes de la oposición que están exiliados en Colombia, diciéndoles que en su país no extraditaría a los venezolanos que tienen asilo político.