El Gobierno da lecciones soberanas, y hace lo contrario para mantener a Sánchez en la Moncloa

La renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha abierto una nueva brecha de enfrentamiento entre el PSOE de Pedro Sánchez y el Partido Popular de Alberto Núñez-Feijóo. Especialmente, debido al intento socialista de modificar el delito de sedición para contentar así a sus socios de Gobierno, los independentistas catalanes liderados por ERC. Una cuestión ante la que los populares no han dudado en elevar sus críticas contra el presidente socialista, quien ha decidido utilizar la Constitución para defender su postura. Algo que también ha hecho el ministro de Asuntos Exteriores español para justificar el apoyo de España a Ucrania en el conflicto armado. Sin embargo, este apego socialista a la Carta Magna parece chocar frontalmente con los acuerdos políticos a los que ha llegado el PSOE para mantener a Sánchez en la Moncloa.

No hay acuerdo. El pasado 9 de octubre, Carlos Lesmes dimitía de su cargo al frente del CGPJ, después de cuatro años en funciones, buscando así forzar un pacto entre los principales partidos políticos para la renovación del órgano judicial. Un plan que funcionaba en los primeros momentos, pero que se ha visto de nuevo avocado al fracaso. Y es que el PSOE condicionaba este acuerdo de renovación a la reforma del delito de sedición; una exigencia que hacía que el PP de Núñez Feijóo se echara para atrás en las negociaciones, alegando que no se puede permitir una reforma legal «a la medida de los líderes golpistas».

Palabras que pronto enfurecían al presidente del Gobierno, que exigía a los populares que «cumplan la Constitución» y que abandonen su aparente lucha contra el independentismo catalán. Así pues, el socialista no ha dudado en destacar que solo sus acuerdos evitaron la ruptura de España.

ALBARES «IMITA» A SÁNCHEZ EN UCRANIA

«Orgullo nacional» de Pedro Sánchez, mostrado en su defensa férrea de la Constitución española, que también ha sido demostrado por José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, durante su visita a Ucrania. Visita al país en conflicto que ha sido aprovechada por el socialista para destacar que el apoyo de España a Ucrania frente a Rusia está basado en el compromiso español con la necesidad de defender la integridad del país frente a las amenazas.

Así pues, en la que ha sido la primera visita de Albares a Ucrania desde que estalló la guerra, el pasado mes de febrero, el ministro de Exteriores ha destacado que España mantendrá «un apoyo político, diplomático, humanitario, en material militar, para defender la soberanía y la integridad territorial» ucranianas.

Explicaciones con las que el ministro socialista, al igual que el Presidente del Gobierno, han hecho mención a algunos de los apartados más relevantes de la Carta Magna española, como es la defensa del Estado, la legitimidad de su soberanía, o la integridad del territorio español unificado.

EL «DOBLE JUEGO» DEL GOBIERNO

Defensa a ultranza de la Constitución española, y de la necesidad de defender la integridad territorial de los países aliados, que hace que el Gobierno de España haya sido ahora señalado por estar en un aparente «doble juego» político. Un juego en el que los socialistas podrían estar dispuestos a todo con tal de mantener a Pedro Sánchez en la Moncloa, al menos, hasta las próximas elecciones generales.

Y es que, mientras que los socialistas hacían estas afirmaciones ante los medios de comunicación, lo cierto es que el equipo de Gobierno de Pedro Sánchez mantiene sus acuerdos con algunos de los partidos políticos españoles que más apuestan por romper la Carta Magna, y muchos de sus mandatos. Así pues, las formaciones independentistas catalanas, defendidas por el PSOE de Sánchez en el Congreso, no han dudado en desafiar la soberanía española, así como en seguir apostando por la ruptura del territorio español a favor de sus intereses nacionalistas. Unos intereses que chocan frontalmente con la Constitución, pero que parecen ser «ignorados» por los socialistas, que dependen del apoyo independentista para mantener a Sánchez al frente del Ejecutivo.

Una cuestión que no ha pasado desapercibida, siendo muchos dentro de los partidos de la oposición, así como dentro de la sociedad española, los que cuestionan el compromiso socialista con la Constitución, que instan al PP a cumplir, así como con la integridad territorial del país, que defienden en Ucrania, mientras sus políticas de acercamientos a independentistas catalanes y vascos muestra su predisposición a eliminar cualquier «línea roja» en las negociaciones, con tal de mantener a Pedro Sánchez con apoyos suficientes en el poder.