Estamos seguros de que si se hiciese una encuesta sobre qué virtudes debería tener una recete interesante, esta incluiría términos como rica, barata y fácil de preparar. Características que tiene el plato de salchichas al vino. Cualquiera puede elaborarlo, incluso aquellos menos diestros o que tienen menos experiencia en la comida.
Y, además, suele gustar a casi todo el mundo, por lo que se puede contentar a la familia sin gastar mucho tiempo ni dinero. Aún así, como todo, tiene sus “truquitos”, que os detallamos a continuación.
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Salchichas al vino, sí, ¿pero a cuál?
Para ser exactos, esta es una receta que puede prepararse con cualquier tipo de vino, e incluso con cerveza si no se tiene en casa de lo primero. De hecho, el proceso es el mismo se haga con lo que se haga. Pero la manera más habitual de preparar el plato, y probablemente también la más aconsejable, es con vino blanco.
Pero ya decimos, no se trata de la única opción.
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¿Sirve cualquier vino blanco?
La respuesta sencilla a esta pregunta es la siguiente: sí. Pero, como siempre suele suceder en el mundo de la cocina, hay que matizar, puesto que los detalles son siempre muy importantes. Es verdad que para esta receta se puede utilizar cualquier tipo de vino, incluso los más económicos del mercado, pero como se suele decir, cuanto mayor sea la calidad de los ingredientes, mejor será el resultado.
Las cervezas, en caso de preparar el plato con ella, sí que dan bastante igual, incluso si se trata de una sin alcohol.
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Los ingredientes necesarios para hacer unas salchichas al vino
Está claro que el ingrediente más importante para hacer unas salchichas al vino es, como no podía ser de otra manera, eso, las salchichas. Lo mismo que decíamos del vino sirve igualmente ahora: cuanto mejores sean las salchichas, más rico estará luego el resultado.
Además de ellas, también hace falta cebolla y ajo. Igualmente es bastante habitual añadirle harina y zanahoria, aunque no siempre. Eso ya depende de cada cocinero.
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Salchichas al vino, un plato facilísimo
El primer paso para hacer unas salchichas al vino pasa por pelar y cortar la verdura. En este caso la cebolla, el ajo y, si se quiere añadir, la zanahoria. Da igual cómo se corte, pero es aconsejable que los trocitos resultantes sean pequeños, para que de esta forma todo esté más sabroso luego.
Hecho esto, se pone en el fuego una sartén y, cuando esté caliente, se le echa un poco de aceite para que este se vaya calentando. Una vez lo esté, se añaden las verduras, ya limpias y cortadas, y se dejan que se hagan poco a poco… pero sin pasarse, claro.
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Cuidado con no pasarse
Una de las claves de la elaboración de este plato pasa por no dejar demasiado tiempo solas las verduras, ni a fuego muy alto, porque podrán quemarse. Lo mejor es poner el fuego bajo y esperar a que se cocinen, pero solo un poquito. Acto seguido, se añaden las salchichas frescas.
Hay quien suele pinchar un poco las salchichas para que estas se hagan mejor y, sobre todo, no “salten” mientras se preparan. Pero no suele ser necesario del todo.
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A vueltas con las salchichas
Una vez las salchichas están en la sartén, ahora si se debe subir un poco el fuego, esperando a que la carne se quede un poco “blanca”, pero que tampoco se queme o se haga demasiado. Solo lo justo para que ya no estén crudas del todo, por así decirlo.
En cuestión de unos pocos minutos, se verá cómo las salchichas se van poniendo blancas, e incluso un poquito negras por el contacto con la sartén. Da lo mismo. Pero lo que sí conviene es darles la vuelta al menos una vez para que se hagan un poquito por ambos lados igual.
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Aceite y sal
Cocinar salchichas al vino no solo es fácil, también es rápido. Enseguida es comprobable que las salchichas ya están más o menos listas, así que es el momento de añadir un poco de sal (sin pasarse).
Si tienes la sensación de que ya no queda ni rastro de aceite, se puede añadir un poco más, pero tampoco demasiado, apenas un chorrito.
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Solo queda el vino
Por último, solo queda añadirle el vino blanco (o de otro tipo, tampoco pasa nada). Se echa hasta que las propias salchichas queden bien cubiertas, y se baja un poco el fuego. Aquí es importante cubrir con una tapa para que gracias al calor se vaya reduciendo poco a poco el vino. Lo cierto es que no tardará mucho en hacerlo.
En solo diez o quince minutos, lo normal es que las salchichas al vino estén listas para servirse y degustarse, pero la mejor forma que uno tiene de asegurarse, el echando un vistazo a las mismas. Incluso puede cortarse un trocito de una para ver que por el centro estén bien guisadas. Es decir, que se vean blanquitas, o incluso rosa, pero no crudas. De lo contrario, hay que esperar un poco más (quizá añadiendo algo más de vino).
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Salchichas al vino, con o sin harina
No hace falta usar harina en esta receta, podéis creernos, pero si preferís que la salsa esté más contundente, se le puede sumar un poco en el mismo momento que se echa el vino.
Y, una vez terminada, disfrutar de esta receta será todo un placer, también para los más pequeños de la casa.
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