La demencia senil en ancianos de 90 años

Resulta indiscutible afirmar que la ciencia ha avanzado a pasos agigantados durante los últimos años. No obstante, existen casos donde, desgraciadamente, el tiempo juega en nuestra contra. Y uno de esos ejemplos es precisamente la demencia senil. No en vano, hablamos de una afección que sufren, a nivel global, más de 50 millones de personas. Lo que viene siendo en torno al 5 y el 8% de la población general de más de 60 años. Es por ello que, dada su gravedad, hemos decidido abordarla desde distintos ángulos y puntos de vista.


¿Qué es la demencia senil?

A estas alturas muchos os preguntaréis qué es la demencia senil. Pues bien, conviene comenzar explicando que no se trata de una enfermedad propiamente dicha. O al menos con una entidad totalmente independiente. Pudiendo definirse como una condición causada por docenas de enfermedades como el Alzhéimer, Parkinson, la Demencia Vascular o el Huntington.

Más concretamente, viene a ser una afección degenerativa, que, asociada a edades avanzadas, suele ir evolucionando hasta la muerte del afectado.


Distintas fases de la demencia senil

El diagnóstico precoz de una enfermendad como la demencia senil resulta fundamental. Y es que, más allá del diagnóstico, son muchos los síntomas existentes (desorientación, deterioro de las funciones cognitivas, cambios de humor, dificultad de comunicación, etc.). No obstante, en esta ocasión, vamos a hacer una primera aproximación a las distintas fases de esta afección:

– Ausencia de deterioro cognitivo.
– Déficit de memoria achacado a la edad.
– Deterioro cognitivo leve.
– Demencia temprana.
– Demencia moderada

– Demencia moderadamente severa

– Demencia severa


Tratamientos e investigación

Afrontar las fases de la demencia senil resulta fundamental en una afectación degenerativa como la que aquí nos ocupa. Más aún si cabe si tenemos en cuenta que sus síntomas están estrechamente relacionados con la tercera edad. Erigiéndose como la causa principal de dependencia en dicha franja. Por desgracia, y más allá de algunos fármacos capaces de aletargarla, se trata de una patología que no cuenta con cura. Por suerte, también contamos con diversas alternativas terapéuticas relacionadas con el ejercicio intelectual o la musicoterapia.

¿Cómo afrontarla?

La demencia senil es, junto al resto de enfermedades cognitivas, una de las afecciones más difíciles de sobrellevar. Tanto por parte de los afectados como del cuidador o los familiares que rodean al paciente en cuestión. En España se trata de una sintomatología sufrida principalmente por las personas diagnosticadas de Alzhéimer. Siendo aún más agresivo a partir del los 85 o 90 años.

Es por ello que, pese a las dificultades, conviene diagnosticarla de forma precoz para poder barajar el mejor tratamiento posible. No en vano, ni dicho tratamiento es el mismo en cada fase ni su efectividad es la misma en los estadios más avanzados.

De todo lo anterior se deriva una cuestión primordial, que por desgracia no suele prodigarse en los medios, los cuidadores, familiares y personas que rodean a los afectados son los primeros que deben intentar reconocer posibles síntomas lo antes posible. Y, aunque no se trata de algo sencillo, son el primer cortafuegos de la enfermedad.