Ya sea porque se trate de un vehículo de segunda mano o porque su uso haya sido muy largo, o porque tenga problemas de fiabilidad, el humo que sale en nuestro coche es algo a procurar la atención. Y es que los testigos de la instrumentación del automóvil son mucho más importantes de lo que pueda pensarse.
Pero existen otros factores que pueden darte pistas de que algo no está funcionando como debería. Esto lo vemos ciertamente con casos como la posibilidad de que salga un tipo de humo, bien del escape de nuestro coche (incluso de diferentes colores), o incluso del propio motor. Pero, ¿qué podemos hacer si esto ocurre y a qué se debe?
6Puede que la junta de culata esté dañada
Con el coche frío, se abre el capó y se busca el tapón superior que permite echar el aceite. Si se aprecia espuma en su interior (fresca o seca), es más que probable que la junta de culata esté dañada. Y es una reparación que nunca suele ser económica.
Repetir la operación con el tapón superior del radiador. Si el interior está sucio, mala señal. También se puede observar el fluido de refrigeración que hay en el conducto que cierra el tapón, que debe ser verde y no presentar partículas flotantes, solo líquido.
Al igual que los humos del escape, el color resulta concluyente: el aceite es dorado o marrón (o casi negro si está muy sucio); el líquido refrigerante, verde; el fluido de la dirección asistida, morado, y el de la transmisión (cambio…), tirando a rojizo.





