La juventud deprimida: La adolescencia de Jekyll&Hyde

El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde es una novela corta escrita por Robert Louis Stevenson y publicada por primera vez en inglés en 1886, que trata acerca de un abogado, Gabriel John Utterson, que investiga la extraña relación entre su viejo amigo, el Dr. Henry Jekyll, y el misántropo Edward Hyde.

Jekyll es un científico que crea una poción o bebida que tiene la capacidad de separar la parte más humana del lado más maléfico de una persona. Cuando Jekyll bebe esta mezcla se convierte en Edward Hyde, un criminal capaz de cualquier atrocidad. Según se cuenta en la novela, en nosotros siempre están el bien y el mal juntos.

La Juventud Deprimida: La Adolescencia De Jekyll&Amp;Hyde

Un solo ser humano donde en su interior dos personalidades luchan con gran sufrimiento y dolor. Esa es la depresión y en los jóvenes crece día a día. Algunos problemas como la presión de sus compañeros, las expectativas académicas y los cuerpos que cambian pueden ocasionar muchos altibajos en los adolescentes. Sin embargo, para algunos adolescentes, estar deprimido es mucho más que solo sentimientos temporales, sino que es un síntoma de depresión.

La depresión en adolescentes es un problema de salud mental grave que provoca un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar sus actividades. Afecta la manera en que un adolescente piensa, se siente y se comporta, y puede provocar problemas emocionales, funcionales y físicos. Aunque la depresión puede ocurrir en cualquier momento de la vida, los síntomas entre los adolescentes y los adultos pueden ser diferentes.

En el caso de los adolescentes la depresión no es una debilidad o algo que se pueda superar con fuerza de voluntad, puede tener consecuencias graves y requiere tratamientos a largo plazo. Para la mayoría de los adolescentes, los síntomas de depresión se calman con tratamientos como medicamentos y terapia psicológica.

Ocho de cada 10 adolescentes pasan angustia, depresión y ansiedad, pero no buscan apoyo psicológico. Dos de cada diez adolescentes españoles entre 10 y 19 años padecían problemas de salud mental en 2019, el porcentaje más elevado de los 33 países europeos analizados por Unicef en su informe Estado Mundial de la Infancia 2021. De ellos, las mujeres son las que presentan estas enfermedades en una mayor proporción. El porcentaje de adolescentes españoles con estos diagnósticos es cuatro puntos superior a la media europea (16,3%) y siete puntos superior a la media global (13,2%). Comparados con el resto de los países europeos, los más cercanos a España son Portugal e Irlanda, en los que se estima que es el 19,8% y el 19,4%, respectivamente. Por el contrario, los países europeos en los que Unicef estima que hay menos adolescentes padeciendo estas enfermedades son Polonia (10,8%) y la República Checa (11%). Según el informe elaborado por Unicef, nueve millones de adolescentes europeos entre 10 y 19 años padecen una enfermedad mental. Por grupo de edad y género, estas enfermedades son más comunes entre los chicos en el grupo de 10 a 14 años (15,6% frente al 14,8% entre mujeres) y en las chicas en el grupo de 15 a 19 años (18,6% frente al 16,1%). De los problemas de salud mental analizados en este informe de Unicef, la ansiedad y la depresión son las más comunes entre los adolescentes europeos. En el informe se estima que el 54,8% de los adolescentes las padecían, aunque son más comunes entre chicas (70,1%) que entre chicos (39,6%).

Es falsa la creencia de que la depresión es una cuestión de actitud, que depende de lo que pongas de ti mismo para poder salirte o evitarla. Cuando peor te encuentras, tienes que escuchar a personas, incluso personas cercanas, que te quieren, que te repiten: “Sé positivo, tienes que poner más de tu parte, no seas tan pesimista, con esa actitud no te vas a recuperar”. En definitiva, lo que te están diciendo, aunque tengan buenas intenciones, es que hay algo de ti que molesta, y que la depresión es culpa tuya. Todas estas ideas, además de ser erróneas, tienen el agravante de hacerte sentir mal contigo mismo y con cómo te sientes.

Es difícil saber por qué pasa esto. No sucede lo mismo con otros problemas de salud, a nadie se le acusa de tener la culpa de tener fiebre o una hernia. Una anécdota que recuerdo que puedo explicar sobre la culpabilización es, el primer día que yo fui a un centro de salud mental, atravesando un episodio de depresión mayor. Cuando entras en un centro de salud te encuentras un cartel con un consejo de autoayuda que dice: “Sé positivo”. Como si dependiera de uno mismo no encontrarse mal. Es básicamente lo mismo que decir “No tengas depresión”. Y es un imperativo tan inútil, tan inservible, como decirle a una persona que pasa un infarto: “Sigue latiendo”, o “No tengas alucinaciones”.

Decía antes que la depresión en adolescentes es una enfermedad médica grave. Es más que sentirse triste durante unos días. Es un intenso sentimiento de tristeza, desesperanza e ira o frustración que dura mucho tiempo. Estos sentimientos hacen que te sea difícil tener una vida normal y hacer tus actividades habituales. También puedes tener problemas para concentrarte y no tener motivación o energía. La depresión puede hacerte difícil disfrutar la vida o incluso superar el día.

Muchos factores pueden jugar un papel en la depresión: genética, biología cerebral y química, hormonas, eventos estresantes en la niñez…etc.

La prevención es básica y consiste en un plan de educación para la salud, multidisciplinar, que debe incidir en la conducta y estilos de vida de los jóvenes. Sabemos que es un grupo diana con potencialidades de futuro inmensurables y sobre los cuales las enfermedades mentales como la depresión influyen frecuentemente. El prevenir, promocionar y proyectar la salud en relación con este tipo de enfermedades que evidencian una gran trascendencia personal, económica, social y laboral, debe considerarse una prioridad. Se puede concluir, que debe ser un plan de mejora con proyección de futuro, potenciando y mejorando la salud de los jóvenes.

Los jóvenes es el colectivo más amenazado en los periodos de recesión, suponiéndoles un estado de desesperanza, pérdida de autoestima y autovalía. La adolescencia-juventud es una etapa de gran vulnerabilidad en el que la presencia de otros factores de riesgo como conflictos familiares, presión social, acoso (bullyng) o discriminación, aumento de consumo de drogas y fracaso escolar se ven acentuados. En este contexto, crecen las enfermedades mentales, y especialmente la depresión mayor y conocemos cómo la depresión provoca grandes repercusiones biológicas, económicas, psicológicas, sociales y familiares. Por todo ello, debe ser abordada desde la investigación y fundamentalmente por los cuidados de especialistas; invertir en la prevención de la depresión en jóvenes supone un ahorro importante a largo plazo tanto económico (gasto público, desempleo, incapacidad, bajas, etc.) como de recursos.

Depresion3

“La depresión es una prisión en la que eres tanto el prisionero como el cruel carcelero” decía Dorothy Rowe la psicóloga australiana. Pero no podemos cometer el peor pecado que uno puede cometer, no ser felices o intentar serlo.

La vida tiene sus peajes, pero creo que es maravillosa. Demasiados jóvenes lo ven de otra manera, ese es el gran problema. Tenemos que ayudar entre todos para que se den cuenta de ello a tiempo.