En nuestro país es normal que las ciudades tengan miles y miles de habitantes. Pero lo cierto es que existe una en la provincia de Burgos que a pesar de tener el título de ciudad, solamente contaba en el año 2021 con 270 habitantes según los datos recogidos por el INE o Instituto Nacional de Estadística.
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La historia de la ciudad con menos habitantes de España
Se cita por primera vez a mitad del siglo IX y probablemente fue uno de los muchos pueblos que aparecieron durante los inicios de la ocupación del Alto Ebro. De esa época tan solo quedan algunos sepulcros rupestres que entonces eran un cementerio.
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Una pequeña ciudad con mucha historia
El motivo por el que se trata a este destino como ciudad es algo histórico. Fue en el siglo XV cuando el rey Juan II de Castilla dio a la villa el título de ciudad con un objetivo concreto: la de intercambiarla por Peñafiel con el conde de Haro, Pedro Fernández de Velasco. Desde entonces ha conservado su título, aunque la realidad es que se trata de un pueblo medieval impresionante. Es más, está considerado como uno de los lugares más bonitos de toda España.
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Un castillo impresionante en un pueblo que rebosa encanto
Asentado sobre el peñasco de La Muela, en su punto más elevado sobresale un imponente castillo construido en el siglo X y clave para el rey Alfonso VIII. De hecho, esta edificación tuvo un papel estratégico fundamental durante la defensa del Valle de Tobalina. Su estado de conservación en la actualidad es bastante notable.
Cuando llegues aquí, podrás visitar el castillo de miércoles a viernes en horario continuado desde las 11 de la mañana hasta las 18.00 horas de las tardes. Los fines de semana el horario es de 11 hasta las 19.00 horas. Los menores de 5 años pueden entrar de manera gratuita y la entrada individual de los adultos cuesta tan solo 2 euros.
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El recinto amurallado
Además del castillo, este municipio alberga en su interior otros elementos que también merece la pena visitar. Uno de ellos son los restos del recinto amurallado así como sus puertas. Fue Alfonso VIII el encargado de ordenar amurallar esta ciudad para poder reforzar sus defensas. En el año 1211 ya se encontraba en pie y se encargaba de proteger la ciudad. En la actualidad tan solo quedan unos pocos vestigios situados muy cerca de las casas y entre los que destacan sobre todo tres puertas. Una es la Puerta de Medina, otra es la Puerta de la Cadena y la última es la Puerta del Postigo.
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Nada de coches
Al llegar a este peculiar ciudad vas a tener que dejar tu coche en el aparcamiento que hay habilitado para ello en la zona más baja de la villa. El motivo es que está prohibido el acceso en vehículo por lo estrechas que son sus calles. Por lo que deberías de estar preparado para subir muchas cuestas. Así que no lo dudes, vete ascendiendo por sus callejuelas hasta alcanzar la calle del Mercado, la principal de la villa.
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Un puente románico medieval
Ya te darás cuenta que uno de los monumentos de este destino que no falta en ninguna postal es su puente románico medieval situado sobre el río Ebro. Edificado en la época romana, fue reconstruido durante la Edad Media en diferentes ocasiones, pero no fue hasta tiempos medievales en los que se le agregó una torre en su zona media. El motivo fue para cobrar a quiénes pasaban por él y a los comerciantes, el derecho de portazgo, un impuesto muy común en la Edad Media similar al de los peajes actuales. Esto fue algo fundamental, ya que este puente formaba parte de una calzada clave romana para el comercio de esta zona.
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Casas colgadas
No solamente Cuenca es famosa por sus casas colgadas. En esta localidad burgalesa, al existir muy poco espacio, también se han construido casas de madera y toba sobre los extremos de La Muela, es decir, la roca gigantesca sobre la que se encuentra asentada la localidad. Desde abajo, la panorámica que ofrecen estas viviendas es simplemente espectacular.
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El patrimonio religioso
Pero la belleza de este sitio no está limitada únicamente a su peculiar arquitectura ni al medievo. Su historia religiosa también ha dejado una huella muy importante aquí. De hecho, vas a poder visitar varias iglesias como la de San Vitores que ya se encontraba en pie a principios del siglo XIII. Igualmente sobresale una iglesia románica, pero especialmente, la iglesia de San Vicente que se encuentra en el otro extremo de la ciudad. Su situación, en el mismo borde de una gran roca, da la impresión de que se va a caer en cualquier momento.
La Ermita de Ntra. Sra. de la Hoz, que se encuentra en la pedanía de Tobero bajo otra impresionante roca, es otro de los monumentos religiosos de este destino. Por último, existe una ruta eclesiástica que se ve completada por el Convento de Vadillo y el Convento de San Francisco.
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La ciudad más pequeña de España es… Frías
Sí, si todavía no lo habías adivinado, la ciudad más pequeña de toda España es Frías. Situada a aproximadamente 80 kilómetros al nordeste de Burgos, en Castilla y León y a orillas del río Ebro, está situada esta villa cuyo nombre procede de Aguas Fridas. En el año 2005 fue declarada como Bien de Interés Cultural y forma ya parte de «Los pueblos más bonitos de toda España».
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¿Cómo se llega a Frías?
Desde Burgos el trayecto en coche es de 85,7 kilómetros. Estos se tienen que recorrer por la carretera Ap-1 que te llevará 1 hora y 8 minutos aproximadamente. También tienes la opción de ir por la N-I y en este caso tardarás 1 hora y 7 minutos más o menos.
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