Una menor de la red de explotación declara que las relaciones eran «consentidas»

Una de las menores víctimas de la red de prostitución infantil desarticulada en enero ha relatado ante la jueza que instruye el caso y ante sus supuestos proxenetas sus inicios en el mundo de la prostitución después de que fuera enganchada a la droga, si bien ha declarado que las relaciones eran «consentidas» salvo una de ellas en la que habría sido forzada por uno de los líderes de la trama.

Se trata de una de las testigos clave en la investigación, por lo que ha sido la primera en comparecer ante la jueza de Instrucción número 8 de Madrid. La joven es una de las cinco menores que residían en centros tutelados de la Comunidad de Madrid. El próximo viernes, comparecerá otra de las víctimas.

La exploración se ha realizado en el salón de actos de los juzgados de Plaza de Castilla, lugar donde estaban los investigados, tanto los que están en prisión como los que están en libertad. Cada uno en un lado. La víctima ha declarado tras un biombo para evitar la confrontación visual con sus agresores.

Esta comparecencia se realiza así debido a que el testimonio de la chica quedará recogido como prueba preconstituida de cara al juicio que se celebre y evitar así que comparezca de nuevo. La prueba preconstituida permite al investigado escuchar el testimonio para evitar cualquier riesgo de nulidad de actuaciones. Se realiza en delitos de tratas de personas con fines de explotación sexual.

Según el sumario, esta joven fue encerrada a instancias de uno de los líderes de la trama, apodado ‘El Kalifa’, varios días en la casa de la que se conoce como ‘La Negra’ hasta que fue rescatada. ‘La Negra’ es una de las pocas españolas detenidas en la ‘Operación Sana’.

RELACIONES «CONSENTIDAS» MENOS UNA

En la declaración, la chica ha detallado que ejercía la prostitución de la mano de tres de los cabecillas de la trama, entre ellos ‘Metralla’ y ‘Kalifa’, con quien mantuvo una relación durante un año, de los 14 a los 15. Fue casi al final de su relación cuando la engancha a la droga conocida como base, un derivado de la cocaína.

Según su versión, empezó a ejercer a cambio de que la dejasen dormir en las casas y más tarde, a cambio de droga. «Eran chicos fuertes, con músculos, y tenían casas de lujo. Me gustaba hacerme fotos en esas casas tan grandes», habría manifestado la joven, según han apuntado fuentes jurídicas presentes en la exploración y en lo que se desprende que habría cambiado su versión.

«Me engancharon a la droga y, al necesitar droga y dinero, accedía a acostarme con ellos», ha dicho. Solo ha relatado una agresión sexual en el piso de ‘El Metralla’, uno de los presuntos líderes.

Según el sumario, su padre ofrecía a su hija a cambio de droga, un extremo que la chica ha negado manifestando que su progenitor no sabía que ejercía la prostitución.

SE DESVINCULAN DE LA TRAMA

Varios de los investigados han llegado a primera hora a los juzgados acompañados por sus letrados para asistir a esta diligencia. Algunos han querido reconocer a preguntas de los periodistas haber acudido a puntos de venta y consumo de droga frecuentados por los trama pero niegan pertenecer a la misma.

Según los investigadores, estos narcopisos eran controlados presuntamente por miembros de la banda latina de los Dominican Don’t Play. Por este motivo, todas las víctimas están acogidas a un programa de Testigos Protegidos.

«Yo no encerré a nadie. Solo acudía a consumir», ha manifestado uno de los jóvenes a su llegada a los juzgados, un chico que sí reconoce conocer al ‘Kalifa’, uno de los cabecillas del entramado corrupto de prostitución. Niega pertenecer a bandas latinas.

RUEDA DE RECONOCIMIENTO

El próximo viernes se repetirá esta misma exploración con otra de las menores. Además, se ha fijado para el lunes una rueda de reconocimiento, diligencia que fue suspendida hace unas semanas por falta de falsos sospechosos parecidos a los detenidos.

La trama de prostitución destapada en el marco de la ‘Operación Sana’ se saldó con 33 detenidos, ingresando ocho de ellos en prisión preventiva. Entre los arrestados figura el rapero Saymol Fyly, un conocido ‘youtuber’ que presuntamente captaba a las menores utilizando su música.

El rapero junto con otros miembros de la trama sexual, algunos de bandas latinas, las enganchaban al consumo de cocaína base para «venderlas a toxicómanos» en narcopisos y chabolas. La red operaba en el sur de la capital, en Vallecas, San Cristóbal y Villaverde.

El fiscal del caso solicitó hace unas semanas a la jueza que las víctimas de esta mafia declaren como prueba preconstituida con la finalidad de que su testimonio sea válido para el futuro juicio que se celebre.

En el caso de la exploración de las menores, la ley permite que su testimonio quede recogido como prueba antes de la apertura de juicio oral para evitar lo que se conoce en el argot judicial como ‘doble victimización’.

En cuanto a las ruedas, esta diligencia consiste en un reconocimiento visual por parte del testigo y se realiza a través de un cristal unidireccional con cinco o seis ciudadanos parecidos, entre los cuales se coloca a un sospechoso. Si el testigo no le reconoce, sus posibilidades de salir absuelto aumentarán bastante.

ABUSOS SEXUALES

Según los investigadores, al menos diez menores habrían sufrido los abusos sexuales de esta red de prostitución infantil que operaba en Madrid, principalmente en el barrio de San Cristóbal de los Ángeles, en Villaverde.

Las chicas comparten lo que se conoce como el síndrome de las ‘cadenas invisibles’, propio de la explotación sexual de mujeres que consiste en la necesidad de permanecer junto a sus verdugos pese a no tener un impedimento físico que les impida romper con ese camino.

La edad de las víctimas, entre 13 y 18 años, y el hecho de pertenecer a familias desestructuradas refuerza esta dependencia, esta especia de ‘síndrome de Estocolmo’ común a todas ellas independiente de fugarse de su casa o de centros de menores (5 de ellas).

El sumario de la causa expone cómo las chicas eran enganchadas a la droga, principalmente al consumo de cocaína base, para después ser obligadas a prostituirse. Muchas se escapaban de los centros de menores y regresan con enfermedades de transmisión sexual.

«Todo ello sumado a la situación de falta de higiene, sueño y alimentación, con todo lo que ello conlleva», señalan las actuaciones judiciales.

Las jóvenes sienten «un miedo atroz» a muchos de los arrestados, entre ellos algunos miembros de la banda latina de los Dominican Don’t Play y motivo por el que todas las víctimas están acogidas a programa de Testigos Protegidos.

«El terror generalizado por las circunstancias expuestas, unido al hecho de que los varones detenidos se mueven por el entorno de las bandas latinas, muchos de ellos con antecedentes violentos a sus espaldas, genera esas ‘cadenas invisibles’ que mantienen a las víctimas cercanas a las investigados», recogen las diligencias.