Especial 20 Aniversario

Los embalses pierden 155 hm3 más tras una semana de escasas precipitaciones y bajan hasta el 44% de su capacidad

La reserva hidráulica ha perdido esta semana 155 hectómetros cúbicos que representan el 0,3 por ciento de su capacidad actual, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que informa de que actualmente estos guardan 24.713 hectómetros cúbicos y se sitúan, por tanto, en el 44 por ciento del total.

De este modo, los embalses guardan ahora un 30,57 por ciento menos que la media de los últimos diez años y un 31,33 por ciento menos que en la misma semana de hace un año. La diferencia respecto al año pasado es de 11.275 hectómetros cúbicos menos.

Esta semana la precipitación máxima se ha recogido en Santa Cruz de Tenerife, donde se han acumulado 22,2 litros por metro cuadrado.

Por ámbitos, la reserva se encuentra al 82,2 por ciento en el Cantábrico Oriental; al 59,8 por ciento en el Cantábrico Occidental; al 51,4 por ciento en Miño-Sil; al 60,2 por ciento está Galicia Costa; al 95,2 por ciento las cuencas internas del País Vasco; al 74,2 por ciento en el Tinto, Odiel y Piedras; al 55 por ciento, el Júcar; al 64,6 por ciento, el Ebro y las cuencas internas de Cataluña están al 54,1 por ciento.

Por su parte, permanecen por debajo de la mitad de su capacidad total las cuencas del Duero, que está al 49,8 por ciento; el Tajo, al 45,2 por ciento; Guadiana, al 30,4 por ciento; Guadalete-Barbate, al 29,1 por ciento; Guadalquivir, al 28,5 por ciento; la cuenca Mediterránea Andaluza está al 29,8 por ciento y Segura, al 33 por ciento.

Según datos del MITECO, por debajo de este volumen de agua embalsada, 44%, la reserva hidráulica ha estado más baja que ahora en 2018, cuando en esta misma semana se encontraban al 41,95 por ciento y en 1995, cuando apenas estaba lleno el 40,39 por ciento; en 1993, que tenían un 41,21 por ciento; en 1992, cuando se situaban en el 40,15 por ciento y en 1989, cuando se situaban en el 42,52 por ciento de su capacidad total. Se trata de años, todos ellos, que coinciden con épocas de pertinaz sequía.