A lo largo de un curso escolar, los niños padecen una media de entre 5 y 6 catarros. Para los más pequeños, esta media sube hasta los 7 u 8. A lo largo de los nueve meses de colegio, los niños van encadenando mocos, tos y estornudos, a veces acompañados de fiebre y dolor de garganta.
Los mocos son el sistema de protección natural con el que cuenta el organismo para atrapar los gérmenes que provienen del exterior. Cuando se contrae una infección, el cuerpo empieza a fabricar un exceso de moco que se acumula en las vías respiratorias, dificultando la respiración, la alimentación y el sueño. Los bebés son los más afectados en ese sentido. En ese contexto, la recomendación de muchos pediatras es realizar lavados nasales con soluciones salinas de forma frecuente. Sin embargo, se ha demostrado que se trata de un procedimiento bastante invasivo para los pequeños. Por este motivo, se han ido desarrollando nuevos métodos más respetuosos, como las cuevas de sal.
¿Hay algún método que acabe con los mocos sin ser invasivo?
Un excelente elemento antiséptico, antiinflamatorio y antibacteriano es la sal. Gracias a sus propiedades, respirar micropartículas de sal puede ayudar a mantener limpio el sistema respiratorio de bacterias y virus (incluido el COVID-19), acompañado de una buena alimentación e higiene y frecuente lavado de manos.
Esta técnica, conocida como haloterapia, puede ayudar a proteger a los pequeños de forma natural con solo dos sesiones a la semana. Este soporte es de gran ayuda para que, mientras, su sistema inmunitario vaya madurando, lo cual es fundamental teniendo en cuenta la inmadurez del mismo durante los 3 primeros años de vida.
Reforzar el sistema inmunitario jugando
Para sacar el máximo partido a las propiedades de la sal, la compañía Salt Room ha creado cuevas de sal perfectas para ayudar a los niños a defenderse de las infecciones a través de un tratamiento sin contraindicaciones ni molestias. Además, también les ayudará a impedir la transmisión de bacterias y virus a sus compañeros de colegio o guardería.
Una de las principales ventajas de las cuevas de sal de Salt Room es que permiten respirar una sal micronizada que permite limpiar la piel y el sistema respiratorio de patógenos, alérgenos y partículas contaminantes. Tanto techo como suelo y paredes están recubiertos de sal, ofreciendo así un espacio totalmente aséptico. El aire limpio que se respira dentro de cada sala con sal pulverizada crea un ambiente salino saludable y seguro que impide la propagación y contagio de cualquier virus o bacteria, tal y como ha demostrado un informe del CSIC. Por todo ello, las cuevas de sal de Salt Room se están consolidando como el medio perfecto para proteger la salud de los más pequeños haciendo lo que mejor saben hacer: jugar.