El Ministerio de Defensa destinó más de 4 millones de euros en el año 2021 al pago de los salarios de los 84 sacerdotes que prestan servicio en las Fuerzas Armadas, en cumplimiento de los Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede del año 1979.
Así lo detalla el Ejecutivo en una respuesta parlamentaria al senador de Compromís Carlos Mulet después de numerosas preguntas por parte parlamentario pidiendo detalles sobre los gastos del Ministerio de Defensa en profesionales religiosos y sus retribuciones durante los diez últimos años.
Finalmente, el Gobierno adjunta una tabla en la que revela que en el año 2021 las retribuciones brutas de los religiosos superaron los 3,3 millones de euros, a los que se sumaron otros 910.000 euros en concepto de «cuota de empresa».
La cifra del montante dedicado al pago de las retribuciones de los sacerdotes que prestan servicio en las Fuerzas Armadas ha ido aumentando progresivamente durante los últimos años desde los 2,7 millones de 2012. En total, suma casi 40 millones de euros durante los últimos diez años.
En concreto, el Ministerio de Defensa detalla que cuenta con 84 miembros del Servicio de Asistencia Religiosa. Además, tiene dieciocho iglesias y capillas adscritas a los Ejércitos y la Armadas, además de doscientas treinta y ocho salas en las unidades.
Según explica, con carácter general, el mantenimiento y conservación de las iglesias y salas aconfesionales se sufragan con cargo a los créditos presupuestarios asignados, con medios propios de las unidades de las que dependen o conforme a acuerdos marco y contratos que se publican en la Plataforma de Contratación del Estado.
«GASTOS PRESCINDIBLES»
El senador Mulet denuncia que estos sacerdotes son «totalmente prescindibles» y rechaza el gasto que suponen para las arcas públicas en un Estado en el que «la religión no es obligatoria y forma parte del ámbito íntimo y personal».
«Una cosa es tener edificios para el uso religioso si los miembros de la Fuerzas Armadas quieren hacer uso de ellas y otra, en un Estado aconfesional, que mantener a curas católicos en el Ejército, que son totalmente prescindibles, nos cueste 40 millones de euros en 10 años», reprocha.