Los regantes alertan de que la falta de inversión en obras de regulación agravará la «amenaza» de las sequías

La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) ha alertado de que la «falta de inversión» en obras de regulación agravará la «amenaza» que suponen las sequías para España, después de que las reservas de agua hayan vuelto a caer hasta el 44,8%, casi 15 puntos por debajo de la media de los últimos diez años.

Según ha lamentado Fenacore, se han ejecutado sólo dos de cada diez euros de la inversión prevista en los anteriores planes hidrológicos, por lo que un «porcentaje elevado» de las obras de regulación y de infraestructuras hidráulicas de interés general no se han realizado pese a recogerse en los planes y resultar «determinantes» para mitigar impactos del cambio climático.

Entre esos impactos, la federación ha apuntado a las sequías, que en los últimos 50 años han provocado la muerte de 650.000 personas en el mundo y, a tenor de las proyecciones, cada vez serán «más frecuentes en países con climas áridos y semiáridos como España», ha advertido.

En este contexto, los regantes han avisado de que la desertificación se ha convertido en «uno de los mayores problemas ambientales», que en España, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica, cuenta con un 74% de zonas secas y con más de nueve millones de hectáreas catalogadas como «de riesgo alto o muy alto».

Fenacore ha explicado así que las obras de regulación son «fundamentales» para combatir las sequías, al permitir embalsar agua en las épocas de lluvia para distribuirla y usarla cuando se necesite.

«En estos momentos resultaría especialmente relevante para las cuencas de la mitad sur de España, que se encuentran a alrededor del 30% de su capacidad, y también para territorios de Cataluña donde el uso del agua para el riego agrícola ya comienza a sufrir restricciones», ha aseverado la federación.

En este sentido, ha precisado que mientras en la mayoría de los países europeos pueden aprovechar de forma natural más de un 40% de sus recursos hídricos, en España este aprovechamiento en régimen natural se reduce al 9%. De ahí, la necesidad de las obras de regulación para almacenar agua, ha defendido.

Además, a la hora de regular las cuencas, los regantes respaldan someter cualquier obra hidráulica a los análisis ambientales, hidrológicos, sociales y económicos, pero han afeado la «posición radical» de algunos grupos ecologistas y han insistido en su demanda de la regulación «para paliar los efectos negativos de las sequías».

En esta línea, Fenacore ha criticado que los Planes Hidrológicos de los que dependerá la gestión del agua durante las próximas décadas establezcan propuestas de caudales ecológicos para acercar el funcionamiento del río a su régimen natural, lo que, a su juicio, «anularía la función de regulación de los embalses, pudiendo llegar a vaciarlos».

Esto, ha añadido, representa una «seria amenaza para la satisfacción de las demandas, o lo que es lo mismo, para la producción de alimentos».