Lagarde asegura que el BCE mostrará «determinación necesaria» para garantizar la estabilidad de precios

El Banco Central Europeo (BCE) asume que las perspectivas de inflación se mantendrán elevadas durante más tiempo de lo esperado, pero sigue confiando en que disminuirán en el transcurso del año, aunque la presidenta de la entidad, Christine Lagarde, ha asegurado que la institución «mostrará la determinación necesaria para garantizar la estabilidad de precios».

En su discurso ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, la francesa ha señalado que, en comparación con las expectativas de diciembre, los riesgos para las perspectivas de inflación se inclinan al alza, particularmente en el corto plazo.

De este modo, ha advertido de que si las presiones de los precios se traducen en aumentos salariales superiores a los previstos o si la economía vuelve más rápidamente a su plena capacidad, «la inflación podría resultar más alta».

«El BCE desempeñará su papel y mostrará la determinación necesaria para garantizar la estabilidad de precios. Pueden estar seguros de que nuestro compromiso de cumplir con esto sigue siendo absolutamente inquebrantable», ha defendido Lagarde.

En cualquier caso, la presidenta del banco central de la zona euro ha recordado que en marzo se conocerán las nuevas proyecciones de los expertos del BCE, lo que ayudará al Consejo de Gobierno a evaluar mejor las implicaciones de las cifras de inflación «sorprendentemente altas de diciembre y enero» para las perspectivas a medio plazo.

Así, examinarán cuidadosamente el impacto de los precios más altos de la energía en la economía y en las perspectivas, ya que, por un lado, el aumento de los costes de la energía puede hacer subir los precios directamente, encareciendo la producción, así como indirectamente, elevando los salarios, mientras que, por otro lado, puede tener un impacto negativo en los ingresos de los hogares y las empresas, reduciendo así la actividad económica y amortiguando las perspectivas de inflación.

«Debemos tener en cuenta que las condiciones de demanda en la zona del euro no muestran los mismos signos de sobrecalentamiento que se pueden observar en otras economías importantes», ha indicado Lagarde, para quien esto aumenta la probabilidad de que las presiones actuales sobre los precios disminuyan antes de afianzarse, permitiendo cumplir el objetivo del 2% a mediano plazo.

De hecho, si bien los indicadores de expectativas de inflación a más largo plazo han ido al alza en los últimos meses, son consistentes con esta expectativa, ha señalado la francesa, subrayando que las medidas basadas en encuestas apuntan a que la inflación volverá al 2% para 2023 y se mantendrá cerca de este nivel a partir de entonces.

«El sólido anclaje de las expectativas de inflación a largo plazo en la zona del euro es un hecho tranquilizador», ha puntualizado.

De este modo, la presidenta del BCE ha reiterado que hay una secuencia definida entre el final de las compras netas de activos y la fecha de subida de los tipos de interés. «No se producirá una subida de tipos antes de que finalicen nuestras compras de activos netos», ha subrayado, añadiendo que deberán cumplirse las condiciones fijadas antes de que el Consejo de Gobierno se sienta lo suficientemente seguro de actuar.

«Las tres condiciones están pensadas como salvaguardas contra un aumento prematuro de las tasas de interés», ha expuesto la francesa, añadiendo que, cualquier ajuste en la política monetaria «será gradual».

REBOTE DE LA ACTIVIDAD A FINAL DE AÑO

Por otro lado, Lagarde ha señalado que la economía de la zona euro ha seguido recuperándose, aunque se espera que el crecimiento se mantenga moderado en el primer trimestre de 2022. Como causa de esta moderación, ha apuntado a la rápida propagación de la variante ómicron, que llevó a la reintroducción de medidas de contención, lo que ha frenado la actividad, además del impacto derivado de los cuellos de botella y la elevada inflación.

Sin embargo, la presidenta del BCE ha destacado que el impacto económico de la actual ola pandémica parece ser menos perjudicial, mientras que hay indicios de que pueden estar comenzando a disminuir los cuellos de botella. «Esto permitirá que la economía se recupere con fuerza nuevamente a finales de este año», ha anticipado.

Lagarde ha señalado que cuando la pandemia termine y la recuperación económica esté asentada, «habrá políticas monetarias distintas». «Habrá no sólo un enfoque a largo plazo sino para mejorar la productividad», ha indicado. Por el momento, la presidenta del BCE ha apuntado que primero se tomarán medidas para reducir la compra de activos y después se aplicarán políticas para subir los tipos de interés.

En un paso más, Lagarde ha señalado que de implementarse actualmente medidas de política monetaria como subir los tipos de interés o terminar con la compra de activos no existen garantías en que tuviera un efecto para mitigar los altos precios de la energía ni poner fin a las roturas en la cadena de suministro, los principales vectores que impulsan la inflación en Europa.