Recibamos el año celebrando a la Santísima Virgen María, el santo del 1 de enero

¡No podía ser de otra manera! El primer día del año debe ser celebrado honrando a la más sagrada de las santas, la divina Virgen María, madre de nuestro señor Jesucristo, sin cuya obediencia y fervor no habría sido posible que el hijo de Dios hubiera venido al mundo.

La Virgen María

La Virgen María

María es un nombre de origen hebreo, que quiere decir excelsa o eminente, y si hacemos caso a lo que indica el Instituto Nacional de Estadística, en nuestro país hoy casi 600.000 mujeres celebran hoy su onomástico.

El primero de enero es el primer día del año del calendario gregoriano, y es por ello, y por la relevancia que tiene la figura de la Virgen María, que en este día se festeja la primera de las grandes celebraciones marianas que tienen lugar durante todo el año, a la que también se le denomina la festividad litúrgica de la Maternidad de la Santísima Virgen María o de la Encarnación, tanto en el ritual oriental, como en el bizantino y en el copto.

Es necesario que a este día hay que darle la importancia que merece, porque a pesar de la resaca y de que sea el día nacional de la comida recalentada de la noche anterior, también es el día en el que debemos colocar en manos de nuestra sagrada madre todos los propósitos que nos hicimos para el año que comienza la noche anterior.

No importa cuáles hayan sido, dejar de fumar, comer menos, estudiar más, viajar, nada es irrelevante para nuestra madre, y gracias a su intercesión es posible lograr mucho anhelos, así que no pierdas la oportunidad de encomendarle a ella y rogarle por aquello que más deseas.

Esta solemne festividad pone de relieve el dogma católico de la virginidad de nuestra madre, sin pecado concebida y de la influencia que tuvo en la crianza y la formación del pensamiento de Jesús. Este dogma fue adoptado en el Concilio de Éfeso, una gran reunión de doctores de la Iglesia Católica en el que se proclamó a María como la madre de nuestro salvador.

Todos los primeros de enero se festeja a la Virgen María, siendo esta fecha la más relevante de todas aquellas que le son dedicadas cada año, pues celebra sus dones personales, que la hicieron digna de ser escogida por Dios para ser la madre de su hijo.

Es, con todo, la festividad mariana más antigua de la que se tiene conocimiento, porque data del siglo VI, que es cuando se cree que comenzó a conmemorarse en este día a la sagrada Virgen, y quizás se deba también al hecho de que este día debe haber sido en el que tuvo la circuncisión de Jesús, porque de acuerdo con la tradición hebraica, ese acontecimiento debe realizarse al octavo día siguiente al nacimiento de todo varón judío, es por ello que algunos celebran este día como la octava de navidad.

Pero no se celebra únicamente a la Santa Madre, sino que también se conmemora el nombre que proféticamente debía serle impuesto al niño nacido de María, que ya había sido anunciado por el Profeta Isaías, el cual hace referencia a los inmensos cambios que traería para el mundo el nacimiento de este niño en un humilde establo de Belén Efrata. No es otro que Enmanuel, que fue el nombre con el cual, de acuerdo con la Sagrada Biblia, se refirió Isaías a este niño, cuyo significado es Dios está entre nosotros. Más que un nombre, un título para referirse a Jesús de forma magnánima como el máximo profeta que vino al mundo a lavar nuestros pecados.

Hoy celebramos a la María madre, a la María obediente, a la María hacedora, a la María compañera, a la divina intercesora de todas nuestras peticiones. Pero también celebramos a otros santos, los cuales son Enmanuel, San Almaquio, San Claro, San Eugendo, San Frodoberto, San Fulgencio, San Guillermo abad de San Beningno de Dijon, San José María Tomasi, San Justino obispo, San Odilón de Cluny, San Vicente María Strambi, Santa Zdislava, Beato Hugolino anacoreta, Beato Juan Lego, Beato Mariano Konopinski, Beato Segismundo Gorazdowski y Beato Valentín Paquay