La sobrina-nieta de Juan Ramón Jiménez lamenta la «poca defensa» del castellano en la actualidad

La sobrina-nieta de Juan Ramón Jiménez, Carmen Hernández Pinzón, ha lamentado la «poca defensa» del castellano en la actualidad durante el acto en el que se ha depositado el legado ‘in memoriam’ del escrito en la Caja de Las Letras del Instituto Cervantes.

De este modo, a partir de ahora la caja 1677 de la cámara acorazada del Instituto Cervantes guarda ‘Belleza’ y ‘Poesía’, dos libros de Jiménez publicados en 1923; tres ejemplares de la revista ‘Índice’, editada en década de los años 20 y 30; un ejemplar de ‘Sí’ de 1925; y un ejemplar de ‘Política poética’ de 1936.

«Le une a esta institución la defensa de nuestro idioma. Hoy, lamentablemente, estamos acudiendo a unos días tristes de poca defensa de nuestro idioma, Juan Ramón luchó y sufrió por la lengua, porque cuando él se exilió lo más triste –y que le producía depresiones– era perder su lengua, porque él quería ser perfecto para su obra», ha señalado su sobrina-nieta.

Además, ha asegurado que se trata de un acto «muy especial» porque el Instituto Cervantes «tiende a lo universal». «Su misión es llevar nuestra cultura y nuestra lengua a todos los países, y si algo lo une a Juan Ramón es que siempre quiso ser universal. Ya lo dijo él en sus poemas y textos, quería universalizar Andalucía y que llegase a todo el mundo», ha explicado la sobrina-nieta del autor de ‘Platero y yo’.

Además, ha desvelado que cuando Jiménez se exilió, «salió de España con un español que se hablaba en 1937» y esta situación «le hizo estar ingresado en hospitales psiquiátricos porque sentía que estaba fallando a su obra, se sentía deslenguado».

Por su parte, el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha destacado dos cosas sobre el autor: «La primera tiene que ver con su idea de lo que debe ser el trabajo gustoso. Hay personas que tienen la suerte de dedicarse a su vocación, tener un empleo es fundamentalmente para llegar a fin de mes, pero si a parte de un empleo se tiene una vocación, la realización humana es humana, profunda y la labor se convierte en vida», ha expresado.

Y en segundo lugar, ha destacado cómo hizo de su trabajo y de su vida un compromiso ético: «La obra de Juan Ramón es un compromiso ético desde el principio. Los regeneracionistas en España decían que el mayor compromiso con España era el trabajo y Juan Ramón eligió que quien fuese poeta fuese un buen poeta como compromiso. Y eso le dio una dimensión ética que estuvo en la raíz de todas sus decisiones», ha relatado.