El inspector del ‘caso Gürtel’ declara en el juicio por Boadilla

El ex inspector jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) que dirigió la investigación de Gürtel, Manuel Morocho, ha declarado este miércoles como testigo en el juicio que se sigue por los negocios de la trama en Boadilla del Monte, acreditando el uso de comisiones para las campañas del Partido Popular en el municipio madrileño.

A preguntas de la fiscal, Morocho ha detallado que la estructura liderada por Francisco Correa se encargaba no solo de «realizar preparativos» para los eventos, sino también de la «financiación» de los mismos. «Es decir, se convertía en el ejecutor y el canalizador de los fondos, cualquiera fuera el origen, que el partido pusiera a su disposición para poder financiar esos actos», ha explicado.

En concreto, se ha referido a 60.000 euros que fueron dirigidos al «concepto campaña» y que utilizaron para los gastos generados en los actos electorales en Boadilla del Monte en el año 2003. «De este reparto de fondos, que viene de una comisión por una adjudicación deciden destinar parte para financiar» los eventos de campaña celebrados en el municipio, en el marco de las elecciones municipales.

Y es que, en este caso, «había una relación subjetiva» entre los «cargos públicos y electos de la formación política y temporal, puesto la distribución se produce justo en el momento en que se inician los momentos electorales». «Y sabemos que las necesidades de fondos para llevar a cabo eventos son un hecho», ha afirmado Morocho.

En su declaración, en la que ha ratificado los informes que elaboró a lo largo de más de 10 años de investigación, Morocho también ha entrado al detalle del funcionamiento de Gürtel, que se encargaba de negociar «con el poder adjudicador cómo» había que ir «configurando los pliegos» para que se adecuasen a las características de la oferta frente a la de terceros, primando de esta forma a las que la trama consideraba como empresas amigas.

UN FUNCIONAMIENTO COMÚN EN MADRID Y VALENCIA

La trama también se encargaba de «realizar y ejecutar los servicios», además de «buscar la manera de reconstruir un expediente administrativo» en el que se justificase esa ejecución de cara al exterior, «tipologías» que fueron ejemplificadas en el caso de la Oficina de Atención al Ciudadano de Boadilla o en las obras relativas al Ayuntamiento.

Y todo ello gracias a la «intermediación» practicada por Correa, el considerado como cerebro de Gürtel, que actuaba como el nexo de unión entre los empresarios y la administración valiéndose de una «confianza mutua» que permitía la concesión de contratos y de las adjudicaciones reclamadas por los primeros.

«Buscando ese ámbito de confianza mutua entre el empresario y el conseguidor del contrato se produce una interacción que se va mecanizando y se repite, es así, se repiten las mismas empresas que operan en Madrid o en Valencia», ha sostenido Morocho, que ha enumerado entre las mismas a Teconsa, Sufi, UFC o Constructora Hispánica.