La Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ) ha presentado este 1 de diciembre su campaña de Navidad, bajo el lema ‘Acierta con el Comercio Justo’, a través de una visita guiada por dos de sus establecimientos del barrio madrileño de Chamberí, en la que han animado a la ciudadanía a optar por estos productos en cuya elaboración se han respetado los Derechos Humanos y el medio ambiente.
Las compras se pueden realizar en las 78 tiendas de Comercio Justo (‘https://comerciojusto.org/tiendas/’) que la CECJ tiene repartidas por todas las comunidades autónomas del territorio nacional o a través de sus tiendas online, según detalla la asociación.
«Elegir alimentos o regalos de Comercio Justo y comprarlos en nuestras tiendas es una oportunidad de apostar por el comercio de cercanía y valores como la empatía, el apoyo mutuo o los cuidados», ha declarado en la presentación el presidente de la CECJ, Alberto Abad, para quien «frente al consumo rápido y frenético, las compras en las tiendas de Comercio Justo son compras cuidadas, pensadas, hechas con tiempo».
En la ruta también ha participado el director de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Antón Leis, quien ha indicado que «la AECID colabora en la promoción del comercio justo, al ser un tipo de comercio que concuerda con valores de la Cooperación Española como la producción ecológica y sostenible o el consumo responsable.
«El Comercio Justo refleja los valores de la Agenda 2030, de sostenibilidad y de respeto a los Derechos Humanos. La labor de las tiendas de Comercio Justo es muy importante, especialmente en lo que respecta a la concienciación de la sociedad ante las problemáticas globales» ha añadido, destacando que estas navidades «es el momento de cooperar, de pensar en las personas del Sur». «El Comercio Justo lo facilita», ha apostillado.
Durante la visita se ha realizado también una degustación de chocolates. «El cacao es un ejemplo paradigmático de lo que supone el Comercio Justo para millones de personas y para el planeta», ha expresado por su parte la vicepresidenta de la CECJ, Mónica Gómez, quien ha destacado que el mercado global del cacao genera unos 103.000 millones de dólares anuales.
Sin embargo, los beneficios apenas llegan a quienes lo cultivan, que en su mayoría viven en la pobreza. «Los precios que reciben por su producción son un tercio de lo que recibían hace 40 años», ha denunciado.
Esta situación alienta el trabajo infantil (2,1 millones de menores trabajan en Ghana y Costa de Marfil cultivando cacao) y la deforestación, ya que los mínimos ingresos no permiten a las familias invertir para hacer una transición agroecológica.
Ante ello, el Comercio Justo fija un precio mínimo y estable, basado en los costes de producción y desvinculado de las fluctuaciones de la Bolsa, lo que permite a las cooperativas cacaoteras vivir dignamente de su trabajo y realizar una producción sostenible. Además, el Comercio Justo prohíbe la explotación laboral infantil.
«MUCHO MÁS QUE PRODUCTOS»: CACAO O CREMAS QUE AYUDAN A LAS COMUNIDADES
En las tiendas de Comercio Justo se pueden encontrar distintas variedades y formatos de productos derivados del cacao: tabletas (desde el chocolate con leche hasta el cacao puro 100%), bombones, chocolate a la taza, crema de cacao, chocolatinas infantiles, etc.
«Todos los productos de las tiendas de Comercio Justo cuentan historias de dignidad, de empoderamiento, de superación y de respeto. Una tienda de Comercio Justo es mucho más que una tienda, porque hacemos muchísimo más que vender productos», ha subrayado Gómez, que ha destacado el caso de la cooperativa NOrandino (Perú), productora de cacao, que «gracias a los ingresos estables y dignos del Comercio Justo ha conseguido evitar la emigración del campo a la ciudad y al extranjero».
Este miércoles también se han dado a conocer otros artículos novedosos de Comercio Justo como pijamas elaborados con algodón orgánico cultivado en India y confeccionados por la cooperativa Rajlakshmi Cotton Mills. Esta organización de Calcula, como todas las de Comercio Justo, no solo garantiza no solo unos salarios dignos, sino también unas condiciones laborales seguras.
Otra de las novedades que se pueden encontrar en las tiendas de Comercio Justo son las cremas hidratantes (manos, cara, cuerpo) elaboradas con aceite de argán por cooperativas de mujeres del grupo Targanine, de Marruecos. Para sus más de 550 mujeres, trabajar en esta organización de Comercio Justo favorece «su independencia económica, autonomía y su participación en la sociedad», como ha destacado el presidente de la CECJ.
Además, las cooperativas del grupo han financiado numerosas iniciativas educativas, sanitarias, medioambientales o de acceso al agua potable.