Por qué, cómo y dónde empezar a meditar

La meditación es una práctica que, aunque haya tenido su auge junto al mindfulness y la psicología actual, cuenta con muchos años de Historia. Ya en algunas religiones y corrientes filosóficas de la antigüedad, como el budismo, se mencionaba la necesidad humana de alejarnos del sufrimiento, de desconectar la mente y reconectar con la naturaleza.

En Sadhaka Space, un espacio de meditación online, comprenden la necesidad intrínseca que tenemos de conectar con nosotros mismos y con lo que nos rodea, en especial en un mundo tan ajetreado y estresante como el actual.

¿Cómo se practica la meditación?

Aunque existen diferentes técnicas, la idea principal de la meditación es concentrarnos en nuestra respiración y observar qué ocurre en nuestra mente. La clave está en no juzgar ninguno de los pensamientos o emociones que acudan a nosotros, sino observarlos, aceptarlos y volver al estado de relajación inicial.

No debemos sentirnos mal por no ser capaces de «dejar la mente en blanco». La meditación no es una práctica que nos imponga objetivos a cumplir y nos castigue por no alcanzarlos. Tiene como propósito ayudarnos a relajarnos y reconectar con nuestro alrededor.

De todos modos, siempre puedes aprender a meditar. Nadie nace siendo un experto. Gracias a iniciativas como la de Sadhaka Space, que ofrecen tanto cursos de meditación como meditaciones guiadas, puedes aprender a tu propio ritmo, sin presión, y desde la comodidad de tu propio hogar.

Beneficios de la meditación

La meditación es una práctica actual que está apoyada por estudios e investigaciones que demuestran muchos de los beneficios que nos puede aportar. Lo mejor de todo es que estos resultados pueden ser observados con tan solo unos 10 minutos de meditación al día.

10 minutos a cambio de un considerable número de beneficios.

  • Mejor estado de ánimo y psicológico. Aunque pueda resultar obvio, pero este es uno de los resultados al que más se aspira cuando se medita. Actualmente, se utiliza mucho la meditación en disciplinas como la Psicología porque se ha demostrado que mejora mucho nuestro bienestar emocional y psicológico. ¿Cómo? Pues mediante la reducción de estrés y el aumento de la atención plena, por ejemplo.
  • Aumento de la conciencia personal. Gracias a la práctica reiterada de la meditación, podemos conocer y entendernos mejor a nosotros mismos. Observar sin juzgar lo que ocurre dentro de nosotros, de nuestra mente, nos ayuda a tomar una mayor conciencia sobre quiénes somos, qué queremos o qué nos preocupa. Podemos identificar pensamientos que son perjudiciales e intentar cambiarlos por otros que resulten más constructivos y útiles.
  • Aumento de la inteligencia emocional hacia los demás. Este beneficio va ligado al anterior. Cuanto más entendamos nuestras emociones y pensamientos, más fácil nos resultará desarrollar empatía y ponernos en el lugar del otro. Además, la meditación puede ayudarnos a controlar nuestra ira o nuestra ansiedad, resultando en interacciones más positivas con otras personas.
  • Reducción de la presión sanguínea. Sí, la meditación puede traernos beneficios físicos también, y no solo psicológicos o sociales. Esto se debe a que se reduce la tensión en el corazón gracias al estado de relajación que inducimos en nosotros mismos. La presión arterial se reduce, y esto conlleva implícita una mejora de la salud física. Podemos reducir la probabilidad de sufrir ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.

A modo de conclusión, la meditación es una práctica antigua y mejorada con el paso del tiempo que nos permite encontrar la paz interior, reconectar con nosotros mismos y con aquello que nos rodea. También nos ayuda a sentirnos mejor física y emocionalmente, y a relacionarnos mejor con los demás. Gracias a iniciativas como la de Sadhaka Space puedes aprender a meditar o dejarte guiar por una de estas sesiones desde tu propia casa.