El consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez, ha afirmado que si bien la inflación comenzó a «ser de producto», en la actualidad «es de servicios», que «tiende a pervivir en el tiempo», frente a la que afecta a los productos.
Durante su intervención en el IV Foro de Banca ‘La transformación del sector financiero’ organizado por el diario ‘El Economista’, Álvarez ha explicado que el repunte inflacionista comenzó en primavera y se explicaba como algo «temporal» derivado de la mejora económica que estaba posibilitando la distribución de las vacunas contra la Covid-19.
Así, ha destacado que la visión era que el repunte inflacionista iba a estar «con nosotros hasta final de año», frente a la situación actual, que se extiende hasta la segunda mitad del próximo año.
«La inflación comenzó a ser de productos, y ahora empieza a ser de servicios, y esta tiende a ser más difícil de combatir y a pervivir en el tiempo», ha asegurado el CEO de Santander.
Ante este aumento, ha destacado las reacciones de los bancos centrales de Chile, Brasil, México y Polonia de subir los tipos, mientras que el Banco de Inglaterra podría subirlos próximamente, al igual que Estados Unidos, aunque si bien en este último caso se especula con que sea en 2022.
En cambio, el Banco Central Europeo (BCE) «está manteniendo un mensaje fuerte» en torno a los tipos y la escalada de los precios, con una previsión de que la inflación volverá a un nivel cercano al 2% en el segundo semestre de 2022, lo que hace que sea «muy improbable» que se realicen subidas de tipos el año que viene.
«Parece que ahora mismo la credibilidad es muy alta en su capacidad de combatir la inflación», ha asegurado Álvarez, después de su «éxito» de combatir las escaladas de precios «durante 30 años».
Por otro lado, ha recordado que el BCE tiene dos programas de compras de activos, entre ellos, el que puso en marcha el organismo para paliar el impacto que supuso la pandemia de Covid-19 y que finalizará en abril, y que supone la compra de alrededor de 100.000 millones de euros de bonos al mes.
Sobre la reducción de este programa de emergencia para la compra de activos del BCE, Álvarez ha señalado que las previsiones entre expertos y analistas es que «esos 100.000 millones, si los denominados frugales tienen mucho éxito, podrían reducirse a 20.000, que sería un recorte del 80%, si los frugales tienen menos éxito, podrían irse a 50.000 millones».
Sin embargo, ha recalcado que será el BCE el que «tendrá que tomar una decisión sobre esta intervención».
UN ELEVADO NIVEL DE INCERTIDUMBRE
Por su parte, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzálo Gortázar, ha afirmado que observa un grado de variabilidad sobre la evolución económica en 2022 «elevadísimo», así como un nivel de incertidumbre «importante», incluyendo la caída de los mercados el viernes pasado ante las noticias de una nueva variante de la Covid-19 o la paralización de las cadenas globales de suministro.
En este sentido, Gortázar ha recordado que la banca realizó provisiones con un escenario «bastante negativo en la cabeza» desde el primer trimestre de 2020. «No cabe duda de que la esperanza matemática de que el futuro es mejor ahora que a mediados de 2020, pero sigue habiendo variabilidad y, por tanto, me parece muy lógico que el supervisor nos diga que hay riesgos todavía, esto no ha pasado».