El presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, ha considerado que la reforma del Plan Hidrológico de la Cuenca del Duero supone «un ataque directo» al mundo rural y ha advertido además de que «hay mucho en juego» dada la importancia del agua para «el mayor motor» de la economía de los pueblos, como son, ha recordado, la agricultura y a la ganadería.
De este modo se ha pronunciado Conrado Íscar tras reunirse este martes con el presidente Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados en Ingeniería de la rama Agrícola de Castilla-Duero, Gumersindo Sanabria, para estudiar con diferentes colectivos de la provincia las «alegaciones reales y definitivas» a la reforma del Plan Hidrológico de la Cuenca del Duero para el periodo 2022-2027 para lo que hay plazo hasta el 22 de diciembre.
«Por lo menos que se las lean», han pedido tanto Conrado Íscar como Gumersindo Sanabria que han coincidido también al cuestionar el texto redactado por la CHD, «nada sencillo de digerir». «No sé si alguno ha conseguido leerlo completo», ha ironizado el presidente del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados en Ingeniería de la rama Agrícola de Castilla-Duero que ha asegurado que hay anexos de más de 1.000 páginas.
«No es un documento técnico, parece más bien un documento de opinión», ha aseverado el representante de los ingenieros técnicos agrícolas quien, tras pedir a la CHD que «hagan caso» al contenido de las alegaciones de estos colectivos, ha advertido de que hay sectores que «se están jugando la vida» ante la posibilidad de poder tener más o menos agua.
Gumersindo Sanabria ha precisado que las alegaciones definitivas son similares a las propuestas iniciales y versan sobre «temas importantes» como las nuevas concesiones de pozos y las dudas sobre los niveles. «No hay concesiones, se basan en cuando lo permitan los niveles pero no dan el porcentaje de capacidad de ese agua subterránea o masa para poder las licencias de aprovechamientos», ha explicado a modo de ejemplo.
También ha cargado contra el «afán recaudatorio» de la CHD a través de unos cánones aprobados en base al principio de cautela de la Ley de Aguas cuando la norma habla de prudencia. «Hay un doble sentido», ha advertido el representante de los ingenieros técnicos agrícolas que ha zanjado: «Cánones sí o sí. Contadores sí o sí. No estamos en contra pero ¿a cambio de qué?». «Los Arenales son intocables y ha habido dos años de lluvia normal. ¿No se ha recuperado?», se ha preguntado también respecto al citado acuífero y ha criticado que la CHD no ofrezca información constante.
Gumersindo Sanabria ha augurado un «gravísimo problema» para los jóvenes agricultores que quieran emprender y hacerse cargo de una explotación para vivir ya que el último permiso que reciben es el agua cuando es el bien más necesario para afrontar ese negocio agroganadero.