Paolo Cognetti describe la aspereza de la vida de los Alpes en ‘La felicidad del lobo’

El escritor italiano Paolo Cognetti describe en ‘La felicidad del lobo’ (Literatura Random House) la aspereza de la vida en los valles más recónditos de los Alpes italianos y la calidad humana de sus moradores ante los ojos de un recién llegado.

El ganador del Premio Strega con ‘Las ocho montañas’, que vive unos seis meses al año solo en los Alpes italianos, lo ha explicado así en una entrevista en Barcelona, simultánea al lanzamiento de su último volumen en España ayer jueves.

En la novela, Fausto, un escritor, se instala en el pueblo ficticio de Fontana Fredda, a los pies del macizo del Monte Rosa, dejando atrás, en Milán, un matrimonio fallido; la narración le sigue en su aclimatación a la vida montañesa y a través de las amistades que va trabando con los lugareños y, especialmente, con Silvia, una joven que se encuentra de paso en la región.

Cognetti ha argumentado que los Alpes le parecen un escenario natural para sus ficciones: «Son una ubicación que resulta muy potente: generan historias, encuentros, sigo descubriendo cosas, escucho historias de los demás y es algo que no me sucede en Milán, quizás por mi culpa. En las montañas estoy más receptivo y me sale natural ambientarlo allí».

El argumento no rehuye describir las vicisitudes de la vida en un lugar tan aislado y con un clima tan duro, como el alcoholismo, la pobreza, el envejecimiento o los riesgos de trabajar expuesto a la naturaleza.

No obstante, el autor ha dicho que podría haber sido todavía más crudo en su descripción: «He querido hablar de la realidad y sin idealizar nada, pero quizás no he acabado de expresar en profundidad temas como la rabia o la soledad. En mis novelas no hay violencia pero en la realidad la hay», ha reconocido Cognetti.

En su opinión, en la región descrita «Italia queda lejos», por su aislamiento y porque se habla un dialecto francoprovenzal; también hay un movimiento autonomista bastante importante.

CARÁCTER DE MONTAÑA

El paradigmático carácter cerrado de la gente de montaña es también un elemento importante del libro, si bien Cognetti, que ha volcado elementos de sus amistades reales en la novela, ha asegurado que esa cerrazón es «quizás aparente».

Por ejemplo, la amistad entre Fausto y el operario Santorso es de pocas palabras y Cognetti ha explicado que en los bares que frecuenta las conversaciones son bastante convencionales –se habla del tiempo, el viento, la nieve y las vacas–.

En este sentido, el autor ha admitido que ha depurado el estilo de su escritura a semejanza del carácter de las gentes de montaña: «Busco el despojar, el clarificar, el tener un gesto limpio, una acción que haces repetidamente hasta que acaba siendo pura o perfecta. Como decía Hokusai: de tanta repetición, llegar a representar el monte Fuji de una sola pincelada».

POLÉMICA CON LOS LOBOS

Los lobos, que hacen presencia en la novela, suponen para el autor, según ha explicado, una herramienta para representar la fuerza de la naturaleza y la juventud frente a un mundo humano envejecido, decadente y abandonado.

Cognetti, si bien se ha definido como un «ambientalista realista», ha pedido tomar decisiones teniendo en cuenta a los habitantes del territorio y ha augurado que en los Alpes harán falta pronto medidas de contención de la reproducción de dichos carnívoros, que son una especie protegida en Italia.