Minsait apuesta por la digitalización y la Historia Social Única Electrónica para mejorar servicios sociales

La digitalización y la Historia Social Única electrónica son considerados clave para la mejora de los servicios sociales, según un informe realizado por Minsait, la filial de soluciones digitales del grupo Indra.

El informe ‘Modernización de los Servicios Sociales: dando respuesta a un nuevo contexto‘ deja patente que las tecnologías innovadoras y disruptivas son la vía más efectiva para aumentar la productividad, sensibilidad y eficiencia de los servicios sociales y dar respuesta a la nueva realidad.

Según señaló el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2020, en 2050, un 31,4% de la población tendrá más de 65 años en 2050.

«Es necesario un cambio de paradigma en la prestación y gestión de los servicios sociales que permita utilizar las tecnologías al servicio de la ciudadanía y la Administración para actuar de forma más preventiva y proactiva y con la menor burocracia posible», ha destacado el director global de Administraciones Públicas de Minsait, Luis Fernández.

Para lograrlo, Minsait apuesta por el desarrollo de soluciones que aumenten la coordinación de la intervención social entre profesionales de servicios sociales y entidades de acción social y que promuevan la autonomía y calidad de vida de las personas, convirtiéndolas en sujetos activos en la toma de decisiones que afectan a su vida.

El director de Soluciones de Administraciones Públicas de Minsait, Julio Espiña, ha destacado que la utilización de metodologías centradas en la experiencia de usuario implicaría a las personas que utilizan estos servicios en su diseño con lo que podría utilizarse su conocimiento y necesidades para crear maquetas que sirvieran de base para unas herramientas más accesibles y adaptadas.

HISTORIA SOCIAL ÚNICA

Uno de los casos de estas aplicaciones es la Historia Social Única Electrónica, que recoge en un sistema una visión de 360 grados de las personas usuarias y su unidad familiar para ofrecer una atención multidisciplinar y coordinada de los agentes que participan en el servicio.

Este sistema facilita a las personas usuarias acceso a su información resumida y sienta las bases para la futura integración de la información social, sanitaria, sanitaria y de la procedente de otros sistemas sobre empleo, justicia o educación.

De forma paralela, el desarrollo de soluciones de interoperabilidad resulta imprescindible para garantizar la continuidad asistencial al permitir el intercambio de información entre los distintos niveles de la Administración y con otras entidades como ONGs, asociaciones y fundaciones.

Asimismo, a la hora de plantear este proyecto cada vez cobra más fuerza el uso de dispositivos móviles para simplificar la labor diaria de los profesionales, eliminar el papel y aumentar la eficiencia del modelo de trabajo en red.

IA Y DATOS, CLAVES

La inteligencia artificial y la analítica avanzada conforman, según la responsable de la Unidad de Competencia Social de Minsait, Patricia Leal, «una de las grandes palancas para implementar políticas sociales preventivas que garanticen la sostenibilidad de los servicios sociales«.

Entre sus funciones, se encuentra el apoyo a la toma de decisiones y la planificación de presupuestos, así como la definición de políticas sociales que anticipen necesidades y permitan reducir el impacto de los riesgos.

Estas tecnologías también permiten diseñar herramientas de guiado que orienten al profesional de los servicios sociales sobre los recursos más idóneos para cada persona, desarrollar soluciones al servicio de la protección de los colectivos más vulnerables (menores, víctimas de violencia, personas en situación de exclusión social, personas dependientes y con discapacidad) y adecuar las campañas preventivas y de sensibilización.

Otro de los retos más relevante es la reducción de las listas de espera, que con técnicas de robotización inteligente (RPA) se podrían reducir al reducir el tiempo de tramitación de expediente mediante la automatización de procesos repetitivos como el envío de notificaciones o la generación de certificados.

Otra aportación de la inteligencia artificial es el desarrollo de soluciones de teleasistencia social que favorezcan la prevención de situaciones de dependencia, retrasando el ingreso en centros residenciales y hospitales y permitiéndoles permanecer en su hogar de forma segura y asistida.

Se podría implantar a través de aplicaciones y asistentes virtuales que vinculen a los usuarios con toda la red asistencial de profesionales e incluyan sensores no intrusivos que permitan alertar sobre anomalías en el sueño o frecuencia cardiaca y ofrezcan servicios de entretenimiento, estimulación cognitiva o vida sana.

Estas herramientas se consolidan, además, como nuevos canales de comunicación digitales que informan a la ciudadanía sobre procedimientos administrativos, además de acompañarla en la tramitación de ayudas y prestaciones.

La formación a personas cuidadoras y profesionales y la gestión de citas, son otras de sus múltiples aplicaciones.

Por último, Minsait defiende una evolución del concepto de residencia hacia centros cognitivos que utilicen sensores e inteligencia artificial para analizar patrones de conducta y detectar anomalías, mejorar la gestión de los espacios y del flujo de personas y potenciar la eficiencia energética y el cuidado del medio ambiente.