El Gobierno Vasco ha incorporado a su ‘Plan Udaberri 2024’ para la convivencia, los derechos humanos y la diversidad un conjunto de aportaciones de víctimas del terrorismo, colectivos sociales y partidos políticos, entre las que se incluye un rechazo a los ‘ongi etorris’ o recibimientos públicos a presos de ETA, por considerarlos «una exaltación simbólica de la cultura política de la violencia y un agravio y revictimización de las víctimas».
Esta reflexión, así como otras aportaciones como la exigencia de una «reflexión crítica» que interpele de forma prioritaria a «quienes han tenido responsabilidad directa o indirecta en medio siglo de terrorismo y violencia», se recoge en el ‘Plan Udaberri 2024’, del que el Ejecutivo presentó un borrador en mayo y cuya versión definitiva ha sido aprobada este martes por el Consejo de Gobierno.
El texto definitivo de este nuevo plan para la convivencia, los derechos humanos y la diversidad ha sido presentado por la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno. La consejera ha subrayado que las aportaciones realizadas por víctimas, colectivos sociales, instituciones y partidos políticos han «enriquecido» el documento.
Entre las novedades de la versión definitiva se encuentra la inclusión, al principio del documento, de un nuevo capítulo titulado ‘Contexto próximo. Euskadi 2021: una ventana de oportunidad que presenta el diagnóstico’. En este apartado se indica que «el diagnóstico de la sociedad vasca de 2021 ha de ser un diagnóstico en términos de realidad y esperanza».
De esa forma, se reconoce la existencia de «asignaturas pendientes», aunque se constata que «caminamos en la buena dirección». El documento señala que «el fin de ETA abrió un nuevo tiempo y un nuevo un nuevo reto: la convivencia en la pluralidad y en la diversidad».
«INCOMPATIBLE CON LA CONVIVENCIA»
Además, se indica que «esta mirada esperanzada se torna en mirada preocupada ante diversas expresiones de violencia, intolerancia y sectarismo que todavía emergen en nuestro entorno». El texto subraya que se trata de «expresiones de una cultura de la violencia que subyace todavía en determinados sectores y resulta incompatible con la convivencia democrática.
En este sentido, manifiesta la necesidad de una «mirada crítica» hacia «los ongietorris’ públicos a expresos de ETA», unos actos de los que se afirma que «suponen de facto una exaltación simbólica de la cultura política de la violencia y un agravio y revictimización de las víctimas».
Por otra parte, la consejera ha señalado que en ‘Udaberri 2024’ se advierte de que «la reflexión crítica sobre el pasado debe interpelar especialmente y en primera instancia a quienes han ejercido, justificado o contextualizado el terrorismo de ETA y la violencia».
El documento indica que es necesaria una «nueva actitud» por parte, en primer lugar, «de quienes han tenido responsabilidad directa o indirecta en medio siglo de terrorismo y violencia». Asimismo, se reclama una «autocrítica sincera y real» por parte de «quienes han ejercido la violencia y las culturas políticas que han amparado ese ejercicio», a los que se reclama «un reconocimiento en términos éticos, políticos y democráticos» de que el sufrimiento causado «fue injusto».
Beatriz Artolazabal ha reconocido que la ponencia constituida en su día en el Parlamento Vasco con el objetivo de consensuar un acuerdo en torno a la convivencia «no tuvo éxito», y ha confiado en que el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos-Gogora pueda ser un espacio en el que sí sea posible alcanzar un acuerdo de este tipo.
En todo caso, ha apelado a la «prudencia» a la hora de trabajar y buscar puntos de entendimiento en torno a este asunto, algo para lo que ha subrayado que será necesario que todos actúen «con buena voluntad y lealtad».
A la hora de recabar estas y otras aportaciones, el departamento dirigido por Artolazabal ha escuchado al Consejo de Participación de Víctimas del Terrorismo, y a una veintena de organizaciones, fundaciones, asociaciones y movimientos sociales vinculados a la defensa de los derechos humanos, la paz, la convivencia, las víctimas o la diversidad.
Además, se han mantenido reuniones con los grupos parlamentarios, con otros departamentos del Gobierno Vasco y con la Asociación de Municipios Vascos-Eudel; así como con personas relevantes de la Universidad y víctimas del terrorismo a título individual, movimientos pacifistas y medios de comunicación.
La juventud también se ve reflejada en el plan, que resalta el «papel protagonista» que han de jugar los jóvenes en la construcción del modelo futuro de convivencia. «La reflexión y el debate de la convivencia no puede ni debe ser monopolio de las generaciones del ciclo de la violencia», ha afirmado Artolazabal.
La consejera ha indicado que una parte de la sociedad –los más jóvenes– «no ha vivido directamente o nos es consciente de haber vivido la experiencia traumática de la violencia y de sus efectos». En este sentido, uno de los principales objetivos del plan es «empoderar a la juventud como protagonista del futuro de la convivencia, y desarrollar el binomio convivencia-juventud más allá incluso del sistema educativo».
En esta línea, en el marco de ‘Udaberri 2024’ está previsto iniciar en los próximos meses un proceso de reflexión y debate bajo el contexto de juventud, convivencia y futuro.
DIGNIDAD Y DESLEGITIMACIÓN
‘Udaberri 2024’ tiene como objetivo seguir avanzando en la construcción de un modelo de convivencia «basado en los principios de dignidad de la persona, deslegitimación radical del terrorismo y la violencia, garantía y protección efectiva de los derechos humanos, y asunción de la pluralidad y la diversidad como valores a preservar y desarrollar».
El plan opta por asumir la diversidad «como una de las señas de identidad de gran parte de las sociedades», también de la vasca. Por ello, apunta que la diversidad no debe entenderse como un imperativo sino como un valor. Esto –según se indica– significa que se ha de propiciar «una gestión positiva de la diversidad en todos los órdenes -género, orientación sexual, origen racial y étnico, cultura, edad, capacidad- y luchar decididamente contra la discriminación».
El decálogo de los ejes centrales del plan aportado por el Gobierno Vasco reserva un apartado para la política penitenciaria. En este punto, se indica que «el fin resocializador del modelo penitenciario en general, y del nuevo modelo penitenciario vasco enparticular, implica el desarrollo de un enfoque restaurativo, que, además de la responsabilización y el reconocimiento del daño, ha de primar el sentir de las víctimas y un proceso real de transformación del victimario».
En dicho decálogo se añade que «durante cinco décadas ETA ha supuesto la principal y más grave vulneración de los derechos humanos y el más directo atentado a las libertades en Euskadi». Además, se recuerda que «Euskadi ha padecido también el terrorismo de extrema derecha y la utilización ilegítima de la violencia por parte de personas vinculadas a los aparatos del Estado». A continuación, se destaca que ‘Udaberri 2021’ «condena todas las vulneraciones de derechos; sin justificaciones, sin equiparaciones, sin exclusiones».
Por otra parte, en el decálogo-resumen del plan se destaca que «el reconocimiento legal, institucional, social y moral de las víctimas del terrorismo y de otras expresiones de violencia (…) significa justicia, especial protección, y compromiso de la sociedad vasca de no repetición, no revictimización y deslegitimación política y social del terrorismo y la violencia».