Un estudio demuestra que la variante Beta del Covid-19 también infecta a ratones

Un estudio de consorcio CBIG, formado por IrsiCaixa, el Barcelona Supercomputing Center y el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CReSA) del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), ha demostrado que la variante Beta del Covid-19 puede infectar también a ratones.

En un comunicado este lunes, IrsiCaixa ha explicado que han demostrado la «alta capacidad de transmisión» de la variante Beta, que permite infectar también a ratones, hecho que no ocurre con el virus original.

Hasta ahora los ratones solo se podían infectar si tenían modificaciones genéticas, por lo que este cambio de paradigma podría permitir simplificar el estudio de la infección por SARS-CoV-2 en modelos animales y utilizar ratones de laboratorio normales.

Este trabajo avisa de que la capacidad de las nuevas variantes del virus para infectar a otras especies animales que no eran susceptibles al SARS-CoV-2 original hace necesaria una «vigilancia continua y global de la variabilidad viral, poniendo el enfoque en una única salud, es decir, en la interdependencia de la salud humana y animal».

NUEVAS VARIANTES, NUEVAS ESPECIES INFECTADAS

Este tipo de evidencias preocupan a la comunidad científica, y el investigador del IRTACReSA Joaquim Segalés ha alertado de que «los virus pueden infectar diferentes tipos de seres vivos y, a medida que surgen nuevas variantes, estas pueden ampliar su capacidad de infectar nuevas especies».

Por su parte, el investigador IGTP en IrsiCaixa Julià Blanco ha explicado que los resultados del estudio llevaron a descubrir que el contagio en ratones se debía a «la elevada afinidad entre la proteína de la espícula de esta variante y la ACE2 de los ratones, que es el receptor celular a través del cual el SARs-CoV -2 puede penetrar las células y, por tanto, infectarlas».

Modelos informáticos desarrollados por el Barcelona Supercomputing Center (BSC) han aportado una interpretación a nivel molecular de por qué se produce esta afinidad: «La clave radica en un conjunto de mutaciones en la proteína de la espícula del virus, que hacen posible esta interacción», ha explicado el investigador del BSC Miguel Romero.

Los ratones infectados con esta variante tienen una afectación leve y no llegan a desarrollar síntomas severos, ya que el propio sistema inmunitario de estos roedores «la puede resolver sin complicaciones», mientras que la infección en ratones transgénicos es muy severa e induce su muerte.