Un testigo asegura al juez que Ghali estaba en la cárcel donde él mismo fue torturado

Un hombre que ha comparecido este martes como testigo ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz por las presuntas torturas cometidas por el Frente Polisario en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia) ha asegurado que las sufrió en sus propias carnes, así como que el líder de la organización política, Brahim Ghali, estuvo en la cárcel donde se cometían dando órdenes.

Se trata de Ahmed Tarouzi, a quien el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 5 consideró pertinente escuchar por cuanto aparece citado en la querella presentada por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH) contra Ghali, otros 23 responsables de seguridad del Frente Polisario y cuatro miembros de la Inteligencia argelina.

Según fuentes jurídicas, Tarouzi ha declarado que estuvo apresado entre 1982 y 1995 en una cárcel clandestina de Tinduf donde agentes del Polisario y de Argelia solían torturar a los allí detenidos, incluido él.

En su caso, ha relatado que le arrancaron varios dientes y muelas, que le quemaban con cigarrillos e hierros candentes y que le ataban de pies y manos y vendaban los ojos, prácticas que le habrían dejado cicatrices por todo el cuerpo.

También ha afirmado que presenció torturas a otros reclusos. Así, ha detallado que a uno le cortaron las manos y murió desangrado. Otra de las prácticas habituales sería colgarles del techo. A lo que se añade, ha continuado, que les tenían días enteros dentro de celdas tan pequeñas que solo podían estar doblados.

Tarouzi ha sostenido que en esa cárcel vio varias veces a Ghali dando órdenes. Interrogado sobre quién torturaba, ha contestado que presenció acciones de diversos miembros del Frente Polisario y tres generales argelinos.

La defensa de Ghali ha querido precisar dónde habrían tenido lugar las torturas, a lo cual Tarouzi ha respondido que en una nave. Entonces, la abogada ha preguntado si había luz natural o de bombillas y focos que le cegaran. Aunque la luz le diera en la cara, podía verles y oírles, ha sostenido él.

SEGUNDA QUERELLA

El activista saharaui Fadel Breica prestó una declaración similar ante Pedraz el pasado 29 de junio, al ratificar los hechos denunciados en la querella presentada contra Ghali por las torturas que habría sufrido en los campamentos de Tinduf en 2019.

De acuerdo con esta segunda querella, al llegar allí agentes del Polisario amenazaron a Breica para que se fuera pero, lejos de hacerlo, organizó protestas, siendo arrestado y trasladado a centros de detención clandestinos donde habría sufrido golpes y descargas eléctricas, entre otras prácticas.

La querella formulada por Breica, que inicialmente fue archivada por el juez José de la Mata –ahora en Eurojust–, fue reactivada por Pedraz el pasado mes de enero, aunque acotando que lo hechos denunciados no encajarían en el delito de lesa humanidad al no haber indicios de un ataque generalizado a la población civil.

Poco después, el juez admitió la querella firmada por ASADEDH por el maltrato al que el Frente Polisario habría sometido a prisioneros de guerra y a los propios ciudadanos saharauis, «especialmente» a los de origen español.

HOSPITALIZADO EN ESPAÑA

Las acusaciones contra el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) se reanudaron cuando se supo que se encontraba en España, específicamente en el Hospital de San Millán-San Pedro (Logroño), donde fue ingresado el pasado 18 de abril con un cuadro grave por complicaciones derivadas del coronavirus.

Su traslado desde Argelia, que el Gobierno español tildó de cuestión humanitaria, estuvo en el trasfondo de la crisis diplomática desatada con Marruecos, que se tradujo en un aluvión de llegadas de migrantes, sobre todo menores de edad, a Ceuta.

Ghali compareció el 1 de junio ante Pedraz por videoconferencia desde el centro sanitario, tras lo cual el juez acordó dejarlo libre sin medidas cautelares al no ver indicios de delito en su contra. Pocas horas después, en la madrugada el 2 de junio, el líder del Polisario regresaba a Argelia en un avión medicalizado.